Seguramente a todos nos ha tocado escuchar a las personas tóxicas hablar sobre un amigo mutuo, y es probable que lo dicho por esa persona no haya sido previamente evaluado tanto en la veracidad de lo que dice, como en lo bondadoso o útil que pueda resultar.
Las personas tóxicas se encuentran en todas partes…sin embargo, todos podemos ganar la habilidad de hacerles reflexionar sobre sus palabras.
Una vez que captas su intención negativa de dejar en ti su toxicidad, y entiendes su deseo de expresarse mal sobre otras personas, sin ningún fundamento positivo que los respalde, no sabes cómo actuar. Aquí te vamos a mostrar como hacerlo.
La palabra es poderosa, con ella puedes salvar a un amigo, o destruirlo.
Cómo protegerse de las personas tóxicas:
Se trata de protegernos a nosotros mismos de las energías de baja vibración, y a su vez sembrar en estas personas negativas, la habilidad para autoevaluarse y reflexionar, antes de seguir el impulso de dañar a otro ser humano con sus palabras.
Pienso que en éste mundo hay de todo, y creo que los buenos somos la mayoría. Personas que cuidamos nuestra salud mental, nuestra paz espiritual, y nuestra integridad física.
Pero existen personas tóxicas que disfrutan destruyendo a otras. Personas negativas en su forma de expresarse, y que endosan a los demás actitudes dudosas. Actitudes que no son otra cosa, que la forma en que ellos se perciben a sí mismos.
Aprender a evaluar lo que las personas tóxicas quisieran decirnos, antes de que lo expresen, es una habilidad que nos permite protegernos del veneno que ellos desean expulsar.
Tomando en consideración que toda actitud negativa que apoyamos, inevitablemente nos afecta también a nosotros, y hace que nuestras energías vibratorias desciendan a niveles donde la negatividad invadirá nuestros espacios, afectando nuestro bienestar físico, emocional y espiritual.
Para ello, les traigo un cuento muy conocido, que muchas veces circula por las redes sociales, siendo leído y entendido, pero en muchos casos muy poco valorado, en el cual nos obsequian las herramientas necesarias para aprender a evaluar antes de escuchar sobre el veneno de las personas tóxicas.
Hay tanta belleza en el «ser consciente», y tanta maldad en nuestra inconsciencia.
La prueba de los tres tamices:
“En la antigua Grecia, Sócrates tenía una reputación de sabiduría. Un día, vino un hombre a encontrarse con el gran filósofo, diciéndole: – ¿Sabes lo que acabo de oír sobre tu amigo? A lo que Sócrates respondió: Un momento, antes de que me lo cuentes, me gustaría hacerte la prueba de los tres tamices.
¿Los tres tamices?, pregunta el hombre. – Sí, continuó Sócrates, antes de contar cualquier cosa sobre otras personas, es bueno tomar el tiempo necesario para filtrar lo que se quiere decir. Lo llamo el Test de los tres tamices.
Primer Tamiz: La verdad
¿Has comprobado si lo que quieres decirme es la verdad? – No, le respondió el hombre, sólo lo escuché. – Muy bien, dice Sócrates, Así que no sabes si es verdad. Veamos si puedes superar el segundo tamiz.
Segundo Tamiz: La bondad
Lo que quieres decir sobre mi amigo ¿Es algo bueno? – ¡Ah, no! Por el contrario, respondió el hombre. Sócrates le mira y dice. – O sea, tú quieres contarme cosas malas acerca de él, y ni siquiera estás seguro de que sean verdaderas. Tal vez, aun puedas pasar la prueba del tercer tamiz.
Tercer tamiz: La utilidad
¿Es de utilidad para mí lo que me quieres decir de este amigo? Y el hombre responde. – No, no es útil para ti. Entonces, concluye Sócrates, lo que ibas a contarme no es ni cierto, ni bueno, ni útil; ¿Y porqué querías decírmelo?”
Estas palabras encierran una gran sabiduría. Al usarlas como referencia, no sólo para evaluar las posibles conversaciones con las personas de tu entorno, sino inclusive, las conversaciones contigo mismo, podrás dar un rumbo positivo a tus ideas.
Si tienes presente el beneficio del pensamiento positivo, el cual a su vez genera actitudes positivas que nos permiten irradiar energías elevadas que debemos aprender a proteger, entonces valorarás la importancia de este mensaje.
Importancia de reconocer el diálogo destructivo:
Las palabras cargadas de veneno tienen el poder suficiente para destruir a una persona. Y la intención con que éstas se pronuncian, también tiene su carga de poder. Utilizarlas para dañar a alguien más, es dañarte a ti mismo, es dañar tu paz, es crearte situaciones kármicas que te afectarán.
Permitir a otras personas expresarse de forma equivocada sobre otros, sin siquiera evaluar la veracidad de lo que dicen, así como lo bueno que representa, o lo útil que es aquello que dicen, es lo mismo a que hagas el daño directamente.
Cuidar nuestra integridad como seres humanos nobles, con actitud de respeto hacia nosotros mismos y hacia los demás, es una actitud muy positiva que nos traerá bienestar y tranquilidad espiritual, contribuyendo con nuestra sana evolución.
Pensar que todo se traduce en «amarnos»… Amarnos verdaderamente a nosotros mismos, lo que implica amar verdaderamente a nuestro prójimo. Lo demás es utopía.
Aprender a darle un “parao” a la gente tóxica, y al mismo tiempo instruirles en la importancia de cuidar lo que dicen de los demás, también nos beneficia grandemente, ya que aplicando lo relatado en el cuento, protegemos a los demás del veneno que las personas tóxicas destilan, y a nosotros mismos de perpetuar el efecto que ese veneno tendría.
Cuidemos nuestras palabras, nuestros pensamientos y nuestras obras, porque nuestra bondad nos libera, así como nuestra maldad nos esclaviza.
No demos pie a que las personas tóxicas perturben nuestra paz, ni la paz de los demás. Cuidemos la calidad de nuestras palabras y sembremos semillas de bendición para nuestro prójimo!
Te invito a descubrir La Verdad En Tu Interior que está en armonía con el universo!