Etiqueta: Infancia

  • Como Eliminar Las Capas De Creencias Para Llegar Al Centro De Tu Ser!

    Como Eliminar Las Capas De Creencias Para Llegar Al Centro De Tu Ser!

    Todos nosotros hemos forjado en nuestro subconsciente un sistema de creencias centrales o básicas que controlan todas nuestras acciones y reacciones.

    La correlación que hacemos de nuestras experiencias, desde nuestro subconsciente, garantiza casi que un mismo resultado a todo, bueno o malo, gracias a nuestras creencias centrales impuestas.

    Todos vivimos nuestras vidas dentro de patrones repetidos de pensamientos, acciones y resultados. El fundamento de una vida tan cíclica está profundamente arraigado en nuestra mente subconsciente.

    ¿Cuántas veces has intentado romper un hábito y has tenido que buscar toneladas de consejos para hacer esos cambios en tu vida? Te has dado cuenta de que no es sencillo, pero seguramente con constancia si lo podrás lograr!creencias

    «Puedes descubrir quién eres en realidad. Puedes soltar tus pretensiones y máscaras y descubrir quién es la persona real que hay debajo». – Beverly Engel.

    Identifica tu Sistema de creencias centrales:

    No importa el camino que hayas elegido, siempre te has encontrado prisionero de tus hábitos. Usaste el humor como mecanismo de defensa para lidiar con el dolor de no poder cambiar tu vida o hacer cosas que te encantaría verte a ti mismo haciendo.

    Todos hemos estado allí y el miedo de vivir una vida insatisfecha a manos de nuestros hábitos subconscientes es demasiado real. Esta emoción también puede ser identificada como la sensación de «estar atascado».

    Las creencias pre-formadas son las ideas encarnadas por la mente durante nuestra infancia. La cultura en la que nos criamos juega un papel inmenso en la formación de nuestras creencias fundamentales sobre nosotros mismos y sobre el mundo tal como lo conocemos.

    Según el Centro de Intervenciones Clínicas, «las creencias básicas son la esencia de cómo nos vemos a nosotros mismos, al mundo y al futuro».

    Patrones de conducta basado en creencias:

    Uno de los patrones comunes que observamos en nuestras vidas es que el miedo/inseguridad se encuentra en el corazón de casi cualquier cambio.

    Por ejemplo, quiero salir a correr todos los días porque no quiero parecer incapaz o quiero ganar dinero porque no quiero ser abandonado por la sociedad y así sucesivamente.

    Se vuelve increíblemente difícil, entonces, dar tu energía pura a tus deseos porque la creencia operativa que es el miedo consume mucho de tu poder mental. Incluso puedes entender que la ansiedad y el nerviosismo que sientes en tu vida diaria se desencadena por este miedo fundamental de tu mente subconsciente.creencias limitantes

    El miedo es un desencadenante (no quiero parecer incapaz), correr es una acción (huir del miedo), y la recompensa es la idea de que porque corres no engordarás (muchas personas se quejan sin importar cuánto ejercicio hagan, todavía no pueden alcanzar el nivel deseado de forma física).

    La realidad de las creencias limitantes:

    En este caso, el miedo es una creencia central limitante que está creando una seria cantidad de conflictos dentro de nuestro sistema psicológico y fisiológico.

    De acuerdo con la investigación titulada «La Bioquímica de la Creencia», nuestras creencias en realidad tienen el poder de traer cambios fisiológicos a nuestro cuerpo. No importa cuánto ejercite o controle su dieta, su creencia central, que es el miedo, realmente no permite que su cuerpo se ponga en forma.

    Hay muchas otras creencias básicas que gobiernan la vida de muchas personas, como la inseguridad, la indignidad, la impotencia, la desesperanza, la vergüenza, el sentimiento de insatisfacción y el de no ser amado.

    La identificación de tu creencia central es esencial para entender el curso de tu vida y los patrones en los que estás atrapado. Una vez que identifiques tus creencias centrales, te sorprenderás al ver cómo ha estado gobernando casi todas las áreas de tu vida sin que seas consciente de ello.las creencias impuestas

    Cosechando creencias positivas:

    Dicho esto, no todas las creencias básicas son negativas por naturaleza, sin embargo, la sociedad en la que vivimos hace imposible cultivar nuestras creencias básicas positivas. Por lo tanto, se hace necesario hacer la introspección y trabajar en tus creencias centrales para el bienestar de tu mente, cuerpo y alma.

    A medida que te recuperes, te encontrarás dejando ir muchas de tus creencias negativas. Descubrirás que muchas de las así llamadas verdades con las que fuiste criado y forzado a creer, no son verdades en absoluto.

    Con esta perspectiva llegarás a ver, por ejemplo, que los nombres que te pusieron cuando eras niño simplemente no son ciertos. No eres ‘estúpido’, ‘perezoso’, ‘feo’ o ‘mentiroso’.

    No te niegues a ti mismo la belleza de hacer un trabajo interior.

    «Una creencia no es simplemente una idea que la mente posee. Es una idea que posee la mente.» –  Robert Oxton Bolton.

    Cambiando los paradigmas que envuelven nuestras creencias

    Después de años de procesos de falta de cultura, es realmente difícil cambiar tus creencias centrales, y mucho menos identificarlas. Puede tomar mucho tiempo, pero no te sientas desanimado por tales pensamientos, porque nuestra comprensión del tiempo es también una creencia limitante que nos presenta la sociedad.

    No hay prisa, no tienes una fecha límite para la transformación interior. Afortunadamente, no es un proceso lineal. El proceso de sumergirte más profundamente en tus creencias centrales, requiere que hagas un trabajo interior en la forma de observación e introspección.

    Tú puedes comparar el proceso de descubrir tus creencias básicas con el proceso de deshojar una cebolla… Si las lágrimas están involucradas en el proceso, estás en el camino correcto.

    Mira tu vida y todo lo que sucede en ella como si fuera un espejo de tus creencias centrales, y tu verdad se desplegará ante ti en simultaneidad. El proceso de auto-conciencia comienza cuando empiezas a identificar activamente las creencias limitantes que tienes sobre ti mismo.tus creencias liberadas

    Una cosa muy común que puede suceder es que te sientas desanimado al ver el daño hecho a tu ser hasta ahora, por tus creencias centrales limitantes. Es posible que sientas un sentimiento de rabia hacia tu pasado y hacia la sociedad en general. Es normal. Solo debes dejar fluir para que el dolor vaya transformándose en sabiduría.

    Despertando a la realidad limitante de tus creencias:

    Sin embargo, al final lo que importa es que fuiste capaz de darte a ti mismo la verdad que mereces saber sobre tus creencias. Esto saca una piedra enorme de tu pecho y te da una sensación de libertad que es muy edificante en la naturaleza.

    Estar de acuerdo con tus creencias centrales es un proceso extremadamente especial, uno que es parte integral del proceso de despertar.

    Una vez que despiertas a la realidad de tus creencias centrales, uno puede enriquecer la mente con creencias fundamentales como el amor, la compasión, la bondad, la abundancia, la paz, la inspiración, el optimismo y la integridad.

    Te invito a conocer 7 pasos para conocerte íntimamente a través de la AutoConsciencia!

  • Tu Niño Interior Te Necesita ¡Abrázalo Y Hazle Saber Cuanto Le Amas!

    Tu Niño Interior Te Necesita ¡Abrázalo Y Hazle Saber Cuanto Le Amas!

    Tu presente y tu futuro emocional depende mucho de tu relación con tu niño interior, ésta merece ser sanada. Tu niño interior merece ser abrazado, y merece saber cuan inmenso es el amor que sientes por él. De ésta sanación depende tu salud emocional, tu éxito y tu prosperidad en la vida.

    Los niños nacen amando infinitamente a sus padres, y nacen asumiendo que sus padres los aman de igual manera. Su relación con la familia en la que nacen es su primer contacto con la conexión humana, por lo tanto, es su primer contacto con el AMOR.

    Tu niño interior

    Reconocer las bondades y miserias de nuestra niñez, nos permite sanar nuestra relación actual con nosotros mismos y llevar una existencia emocional saludable.

    Aprendiendo a sanar tu relación con tu niño interior:

    No importa si en nuestra perspectiva adulta miramos hacia atrás y decimos “esa NO fue una familia amorosa”. Un niño no sabe nada diferente a esta versión de amor que existe en su hogar. Por eso, asocian el amor con el hogar.  Cómo se sintieron en su hogar y en su relación con sus padres, se convierte en su definición de amor.

    Los primeros seis años de la vida de un niño son los más importantes. No solo son los más transformadores en términos de crecimiento y desarrollo, sino que, desde un punto de vista psicológico, son los años que marcan la «programación» del niño, lo que determinará su personalidad, cómo lidiarán con la vida, cómo definirán el aspecto del amor o sus sentimientos, y cuánta confianza tienen en el mundo que los rodea, entre muchas otras cosas.

    Relación sana entre madre e hija

    Dado que los primeros años de vida se pasan principalmente con nuestros padres o cuidadores, la relación que se forma con ellos en estos años establece cómo nos comportamos en nuestra adultez, ya sea en las relaciones con los demás o solo para la vida en general.

    Todos los niños, incluidos aquellos de los hogares más felices o funcionales, experimentan algún nivel de rechazo, tristeza o «trauma».  Sin importar cuán grande o pequeño sea.

    Podemos pensar que se dejaron heridas reales o percibidas en la infancia, en el pasado o cuando terminó la infancia.   Es posible que no nos hayamos dado cuenta, que éstas heridas no han sido sanadas de forma  adecuada. Y todavía las llevemos con nosotros, en nuestro subconsciente.

    Tu niño interior dentro de ti requiere atención:

    Hasta que estas heridas emocionales no logren entrar en nuestra consciencia, se seguirán manifestando en nuestra vida exterior, lo que significa que seguiremos encontrando nuestro YO en los mismos «problemas», en nuestras relaciones con los demás, y con nosotros mismos. Todo ésto se diluye cuando la luz de la consciencia brille, para dar paso a la sanación y el amor.

    Tu niño interior puede experimentar dolor, sufrimiento o rechazo. Esto como reacción a algo que tus padres o cuidadores te hicieron. Curar a tu niño interior de manera adecuada, te obliga a analizar la relación con tus padres, hasta el punto en que puedas encontrar en ti mismo la empatía.

    Hasta el punto en que puedas perdonarlos por lo que te hicieron, o por lo que tú percibes que te hicieron cuando eras niño.

    Brindando atención a tu niño interior

    «El pasado no se puede cambiar, olvidar, editar o borrar, solo se puede aceptar». ~ Desconocido

    Intelectualmente sabemos que el pasado no se puede cambiar, pero muchas personas aún conservan recuerdos de su infancia, en los que experimentaron alguna emoción negativa.

    Algunos pueden repetir estos escenarios una y otra vez, y volver a experimentar el dolor cada vez que lo hacen. O pueden tratar de guardarlo más profundamente en el subconsciente, con la esperanza de que desaparezca.

    El tiempo en que se experimentaron estas emociones ya se ha ido. El dolor y el sufrimiento que podemos haber vivido aún pueden existir…  Y lo único que hará desaparecer el dolor es llevarlos a nuestra conciencia y aceptarlos, abrazarlos y perdonar.

    Una vez que hayamos recuperado los recuerdos, debemos aceptarlos. Aceptamos el hecho de que sucedieron, pero también aceptamos a todos por el papel que jugaron en esa desagradable experiencia.

    Mayor comprensión hacia nuestros padres:

    Si nos damos cuenta de que cada persona solo está operando lo mejor que sabe hacerlo, desde su propio nivel de comprensión y conciencia, podremos liberarnos.

    Aunque de niños hemos percibido que nuestros padres estaban enojados con nosotros, nos rechazaban o manipulaban, podemos encontrar que en nuestras memorias, ellos solo nos estaban dando lo mejor que podían, desde su propio nivel de conciencia personal.

    Reconociendo a tu niño interior y abrazando su dolor

    La mayoría de las veces, nuestros padres nos criaban de la misma manera que ellos fueron criados. Esta es la razón por la que en los casos más graves de crianza disfuncional, es muy probable que encontremos que las personas abusivas fueron abusadas. Como dijo PD James: «Lo que un niño no recibe, rara vez puede dar«.

    Nuestros padres, literalmente, nos dieron lo mejor que pudieron, dadas las herramientas que aprendieron y recibieron. Una vez que sepamos esto, podemos encontrar más fácil ofrecer al menos algún tipo de empatía, en cuanto a por qué se comportaron de la manera en que lo hicieron, y, finalmente, perdonarlos completamente.

    Lo mejor de llegar a un acuerdo en nuestra relación con nuestros padres y curar a nuestro niño interior, es que nuestros padres ni siquiera tienen que participar en el proceso.

    Al convertirnos en el padre que nunca tuvimos o desearíamos haber tenido, podemos dirigirnos a nuestro niño interior, como si fuéramos el padre perfecto que necesitábamos, en el momento en que experimentamos el dolor emocional. Entonces podemos enviar amor incondicional a este niño, y ofrecerle la aceptación y la amabilidad que no hayamos obtenido en ese momento.

    Transmitiendo amor a nuestro niño interior:

    Muchas personas usan cosas como la terapia o la meditación, para ponerse en contacto con el niño interior que tiene que ser amado, y decirle a ese niño exactamente lo que necesita escuchar.

    Al hacer esto, nos daremos cuenta que, no sólo mejorará nuestra relación con nuestros padres, y si no están físicamente con nosotros, notaremos que ahora en nuestra mente, ellos se encontrarán con una mayor comprensión de nuestra parte, y en consecuencia, los problemas que tenemos con las personas, y las circunstancias negativas en nuestra vida adulta, comenzaran a curarse por sí mismas.

    Brindando amor y comprensión a tu niño interior

    Nuestro nuevo amor y aceptación por nosotros mismos, y por los padres que nos ayudaron a formar lo que somos como personas, se traducirá en relaciones adultas más saludables y funcionales, y también detendrá el ciclo de dolor y sufrimiento.

    Una vez que hemos transmutado las viejas heridas en el amor, podemos ofrecer más amor a todas las personas en nuestras vidas.

    Así que no aplaces más el encuentro con tu niño interior, hazle saber cuanto le amas, abrázale y permite que confíe plenamente en ti, permite que juntos puedan avanzar por la vida en amor, armonía y paz!

    Te invito a Comenzar Una Relación De Respeto Contigo Mismo,  y afirma ¡Yo me quiero!

  • Lo Que Vivimos En La Infancia No Se Queda En La Infancia

    Lo Que Vivimos En La Infancia No Se Queda En La Infancia

    En algún momento hemos sido conscientes de la gran influencia que tienen las experiencias que vivimos durante la niñez, para llevar una vida adulta psicológicamente feliz y saludable. Lo que vivimos en la infancia tiene la facultad de definir nuestra personalidad durante la vida adulta, así como nuestra salud emocional y psicológica.

    Hace poco leí un libro donde se abordaba el tema, donde el autor citaba lo siguiente: “si un niño que llora y pide ser alimentado es ignorado por la madre, pero es alimentado cuando espera en silencio, el niño graba en su subconsciente, que cuando quiere algo no debe pedir, ni llorar, pero si esperar, pues alguien va a percibir su necesidad sólo en su silencio”

    Lo que vivimos en la infancia

    Lo que vivimos en la niñez, no se queda en la niñez. Perdura con el tiempo y nos afecta toda la vida.

    Cómo nos afecta lo que vivimos en la infancia?

    El ejemplo anterior resulta muy elocuente, porque expresa de forma sencilla y con mucho sentido el tema que nos motiva hoy. Lo que se ilustra es algo muy cruel, sin embargo muestra cómo las pequeñas actitudes pueden influir en el comportamiento de un individuo y afectar su vida entera, sin que éste se dé cuenta.

    He oído conversaciones de madres que hacen lo mismo a sus hijos desde que eran bebés, con la excusa de estar educando a sus hijos, y creando hábitos de buen comportamiento.

    En una oportunidad tuve la siguiente experiencia con unos vecinos: Las paredes no eran lo suficientemente macizas para sofocar los sonidos más altos, y todos los días la madre de los niños parecía un ángel mientras el marido estaba en casa, hablaba bajito y parecía la mejor madre del mundo y esposa ejemplar. Pero cuando el marido salía de casa, la mujer empezaba a gritarle a los niños frenéticamente. Y a veces los encerraba en el baño o en la habitación para limpiar la casa.

    Lo que vivimos en la infancia nos afecta en la vida adulta

    El caso era claro: el matrimonio no iba bien, la mujer quería ser siempre mejor que la ex mujer de su marido, e intentaba a toda costa mantener la casa en el más perfecto orden. Cuando el hombre llegaba a casa, la misma estaba impecable, y la mujer parecía ser dulce. Pero sólo hasta el momento en que el marido se ausentaba de nuevo.

    Cuando somos bebés, somos cómo arcilla en las manos del alfarero, somos muy vulnerables e indefensos, y nuestros padres son la única garantía de que tendremos una vida saludable y feliz.

    Y me pregunto, qué será lo que esos niños van a llevar a sus vidas adultas sobre esas experiencias con su madre (o padre) ¿Será que siempre verán en el padre, el falso héroe, que era capaz de transformar a la madre nerviosa en una persona tranquila y servicial? ¿Se darán cuenta algún día, de la oscilación terrible de humor a que eran sometidos diariamente, por la debilidad de la madre?

    ¿De qué forma, ese tipo de experiencias afecta la vida de las personas cuando ya son adultas? Y van a ser conscientes de los problemas que surgen en la infancia, que generan comportamientos inconscientes y que se repiten durante toda la vida?

    ¿Será que todo estudio de psicología y psicoanálisis nos permite incluso mirar atrás y trabajar todo lo que nos fue hecho cuando aún éramos tan vulnerables y vacíos de aprendizaje?

    Madre Protegiendo a su bebé

    No conozco las respuestas a estos cuestionamientos, pero me gustan las dudas que generan. Conozco a una psicóloga que decidió abandonar su vida profesional cuando se convirtió en madre. Por su profesión, conocía la tarea que debía emprender al recibir a su bebé. Ella manejaba perfectamente el concepto de que «lo que vivimos en la infancia, no se queda en la infancia».

    Ella sabía la importancia fundamental de los días infantiles de su hija, y lo que ella necesitaba hacer para que su hija lograra convertirse en una adulta feliz y segura, sin traumas y comportamientos oriundos de problemas inconscientes de una infancia mal vivida. Ciertamente muchas madres harían lo mismo, si supieran del grado tan elevado de importancia en la vida de un ser humano que tiene su infancia.

    ¿Quieres tener un hijo sano, feliz y exitoso? Tienes que protegerlo durante su infancia. Vive tus días con él y para él.  Tienes que protegerlo de actitudes bobas, como la de la madre que maltrataba a sus hijos cada vez que su marido salía de casa para el trabajo, o para sus paseos inusitados.vivencias de la infancia

    Tienes que protegerlo de tu propia arrogancia, de querer disciplinar a tu hijo que aún mama en el pecho o en el biberón, haciéndolo un individuo que no sabrá luchar por lo que necesita, pero sí posiblemente un adulto débil y cobarde sin ninguna percepción correcta de los hechos. Recuerda siempre que lo que vivimos en la infancia, no se queda en la infancia, sino que nos afecta para toda la vida.

    Tienes que protegerlo de la actitud equivocada de los niños que sufren de estas experiencias tan dañinas, que afectan su comportamiento y hace que su actitud hacia los demás niños sea muy desagradable.

    Ser niño es ser un individuo vacío que se llena con todo aquello que aprende a través de los padres, de la escuela y de las personas a su alrededor.

    Madre brindando seguridad a su hijo

    El niño absorbe todo a su alrededor, sin ninguna posibilidad de filtrar lo que es bueno de lo que es malo. Y en la mayoría de los casos, ni siquiera los padres se dan cuenta de lo dañino que puede ser dejarlos solos, enfrentando comportamientos que seguramente están determinando sus actitudes futuras.

    No somos responsables por nuestra infancia, ni por lo que nos han hecho. Sobre eso y para eso, tenemos los recursos de la psicología. Pero sí somos responsables de la infancia de nuestros hijos. Que todo nuestro amor sea destinado para ellos.

    Y, cuando sea necesario, vale la pena buscar ayuda profesional, ya que éste asunto es muy serio, delicado y sí, muchas veces difícil. Debido a que lo que vivimos en la infancia, no se queda en la infancia, sino que permanece y nos afecta durante toda la vida.

    Quizá te interese leer sobre La Realidad Tóxica De La Sobreestimulación y aprende a combatirla y sanarla.