Etiqueta: El perdón

  • Perdonar A Las Personas Que Te Lastiman Es Conectarte con Tu Divinidad

    Perdonar A Las Personas Que Te Lastiman Es Conectarte con Tu Divinidad

    Todos cometemos errores, y es una parte natural de la experiencia humana, pero no todos podemos relacionarnos con el perdón hacia nuestros amigos, familiares o incluso extraños que nos hayan ofendido. Sin embargo, al entender el perdón desde la conexión con lo divino, podremos otorgar un perdón radical desde el corazón mismo.

    Cuando perdonas radicalmente, liberas toda emoción negativa hacia las personas que te lastiman. Puedes enfrentarlos, darles un abrazo genuino y desearles sinceramente lo mejor. Pero ¿cómo se ve este perdón divino en la vida real?

    El perdón

    Ojo por ojo deja a todo el mundo ciego. – Gandhi

    Entendiendo el perdón desde la perspectiva divina:

    Errar es de humanos, y perdonar es algo divino. Cuando tomamos esta perspectiva con seriedad y nos conectamos con nuestra divinidad interior, podemos trascender el perdón por completo.

    Tal vez la persona que te interrumpe en el tráfico, es un ser que acordó contigo enseñarte paciencia, antes de venir al mundo.. Quizás ese compañero chismoso de trabajo inconscientemente está ahí para reafirmar tu humildad. O quizás la persona que trató de robarte es un ángel enviado para desarrollar tu sentido de caridad. Incluso en tu peor día, estás rodeado de ángeles.

    De esta manera, tocar tu divinidad trasciende la necesidad de perdonar a las personas que te lastiman.

    Esta perspectiva divina reconoce que el daño y el dolor se experimentan sólo momentáneamente, y las personas que te han herido en un momento, te dan la oportunidad de crecer toda la vida.

    perdon

    Un acto de perdón verdaderamente divino

    Cuando el Papa Juan Pablo II, fue agredido a tiros en un intento de asesinato, insistió en reunirse con su agresor. Se metió en la celda del hombre y se enfrentó a él. Pero en lugar de expresar ira, el Papa habló con el hombre para entender su comportamiento. El Papa le preguntó por qué quería matarlo. Luego, el agresor explicó su razonamiento.

    Aunque el Papa no podía estar de acuerdo con su razonamiento, podía entender cómo, cualquier hombre que tuviera la premisa de ese razonamiento, podría haber hecho un intento de asesinato. Pero el Papa no se detuvo allí, sino que, después de comprender la motivación del hombre, lo perdonó de corazón y continuó bendiciéndolo. El atacante, asombrado, se echó a llorar.

    Aquí se rompió una cadena importante de odios y venganzas, simplemente el asunto quedó concluido, y obviamente el perdón divino hizo su magia.

    Tú eliges cómo tratar a las personas que te lastiman, al perdonar a alguien que te hizo daño.

    ¿Por qué no aprovechamos nuestra naturaleza divina?

    Como humanos, estamos diseñados para recordar experiencias momentáneas de dolor, y llevarlas con nosotros. Este comportamiento fue un mecanismo de supervivencia, para nuestros antepasados.

    Ahora, sin embargo, es totalmente inútil en las relaciones humanas modernas. La venganza no es una solución para desquitarse con la gente que te hace daño. La empatía, la comprensión y la amabilidad, siempre resolverán nuestras disputas con los demás.

    Los beneficios del perdón radical (o de cualquier acto de bondad) son dobles: influyen en las personas que te rodean, así como en ti mismo. Es una situación en la que todos ganan.

    Cuando muestras el perdón, te conviertes en una inspiración e influencia positiva para las personas que te rodean. Imagínate cómo reaccionaría la gente, si vieran un acto de perdón divino en la vida real, como el que el Papa Juan Pablo II mostró a su atacante.

    Conectada con su divinidad para perdonar

    El perdón, es un acto donde tanto el perdonado, cómo el que perdona, se libera de toda la carga emocional negativa, que implica el ser herido.  En el acto de perdonar, no sólo sanamos nuestro estado emocional, sino que nuestra energía se eleva, al actuar de forma bondadosa, fluyendo con la energía del universo, en amor y compasión.

    El perdón es poderoso…

    También proporciona beneficios de salud física y mental, así como emocional, al ser que elige perdonar. Estos beneficios incluyen un bienestar emocional y mental más estable, un rendimiento físico más fuerte, y el perdón puede incluso aumentar tus probabilidades de combatir el cáncer.

    Incluso en las situaciones más terribles, puedes cambiar tu perspectiva, para ver a aquellos que te han herido, como seres que han acordado previamente otorgarte esa lección para tu evolución personal.

    Puedes elegir elevar tu crecimiento y evolución a la siguiente etapa, con un simple cambio de perspectiva… de lo humano a lo divino.

    El perdón a quien te lastima viene de la conexión con tu divinidad

    El perdón es un acto transformador porque pide que seas una persona más empática y compasiva, haciéndote así mejor que la persona que eras cuando fuiste herido!

    Te invito a conocer como Perdonar y Perdonarte, el más grande regalo que puedes hacerte!

  • Los Principios del Amor Que Expande Nuestra Conciencia (Parte I)

    Los Principios del Amor Que Expande Nuestra Conciencia (Parte I)

    Te invitamos a conocer y aplicar los 7 principios del amor consciente. El amor es lo que nos proporciona la alegría de vivir; es la sal de la vida y ello por una razón muy sencilla: la vida es expansión de la conciencia. Así nos dice Jack Lawson, en su libro: Las leyes eternas del amor, donde expone de forma mágica todos los pasos que nos conducen al amor incondicional.

    Cuando amamos, estamos transmitiendo aquello que todo el mundo, consciente o inconscientemente, está buscando; por ello mismo, cuando amamos se nos abren las puertas de los milagros. El amor trasciende los idiomas, las razas, las clases sociales y las edades, porque el amor tiene que ver con algo que está muy por encima de todo eso: nuestra propia alma.

    Principios del amor consciente

    ¡El amor es un sentimiento de unidad y consciencia que yace en nuestro corazón!

    Los 7 principios del amor consciente:

    Jack Lawson nos invita a conocer y aplicar los 7 principios del amor consciente, y nos dice: Todos podemos vivir una vida amorosa más rica y plena, si aprendemos a amar con más conciencia. No se trata de llegar a una meta específica, sino de crecer, de crecer por dentro, irradiando aquello que está en el interior de todos los seres humanos, aquello que llamamos amor.

    Cuando ponemos nuestra confianza en el amor, podemos ganarlo o perderlo todo sin que nos afecte, pues estamos por encima del mundo material, cuando amamos se nos abren las puertas de los milagros.

    A continuación, los 7 principios del amor consciente.

    1.- Trabajar por tu paz interior:

    Todo lo que te ocurra en esta vida depende de cuán grande sea el nivel de tu paz interior. Un mismo acontecimiento, un mismo problema o una misma alegría, te afectará de un modo absolutamente distinto según vivas en paz o no, con tu esencia, es decir, contigo mismo.

    Mientras sientas más paz contigo mismo, más en paz te sentirás con todo lo que te rodea; y cuanto más armónicamente vivas contigo mismo, más en armonía estarás con los demás. Es la diferencia entre fluir, algo agradable y satisfactorio, y chocar, enfrentarte y sufrir.

    Cultivando la paz interior

    La paz interior no es sólo un logro que puede llenarte más que la satisfacción de cualquier deseo, sino el estado original del hombre a partir del cual la vida se convierte en un milagro permanente.

    Puedes trabajar tu paz interior con las siguientes afirmaciones:

    • Estoy en paz conmigo mismo.
    • Estoy en paz con mis padres y no les debo nada.
    • Estoy en paz con mi pareja.
    • Estoy en paz con mis hijos.
    • Estoy en paz con mis enemigos.
    • Estoy en paz con la humanidad.
    • Estoy en paz con Dios.

    2.- Aprender a perdonar:

    El secreto para ser realmente feliz no se encuentra fuera de nosotros mismos. Se halla en el perdón. Cuando perdonamos a aquellos que nos han causado daño, que creemos que nos han causado daño o que creen que nos han causado daño, en realidad estamos sanando nuestra relación con nosotros mismos, con lo más intimo que hay en nosotros.

    El perdón es como una varita mágica que lo resuelve casi todo; perdonar es la clave de la evolución, del crecimiento interior. El perdón es pura magia porque te libera del resentimiento y de los patrones erróneos que te hacían infeliz. Cuando perdonamos, se producen una serie de cambios en nuestro organismo y en nuestro corazón, que hacen que vivamos la vida con una plenitud creciente.

    A medida que se producen estos cambios en nuestro interior, ocurren también otros en nuestras circunstancias: nuestra vida cambia, se refina, se ilumina.

    Perdonar es abrir tu corazón a las bondades del amor universal. Perdonar o ser perdonado es una necesidad natural, y ello se debe a que no estamos separados los unos de los otros, aunque nos veamos o nos sintamos así.

    Cuando no perdonamos, estamos percibiéndolo todo como separado; perdonando aquellas cosas que creemos que están fuera de nosotros, establecemos nexos de unión en nuestro interior al tiempo que rompemos ataduras que no nos dejaban avanzar.

    Al conocer y aplicar éstos principios, estaremos dándole a nuestra existencia todas las herramientas necesarias para iluminar nuestras relaciones con toda la fuerza del amor incondicional, donde perdonar y perdonarnos es, en esencia la llave que nos conduce al amor divino.

    Aprendiendo a perdonar y perdonarme

    Si quieres alcanzar al amor universal, comienza amándote a ti mismo y a quienes te rodean desde el corazón, no desde la cabeza. Pronto empezarás a presenciar los milagros a tu alrededor.

    Puedes trabajar tu capacidad de perdonar utilizando las siguientes afirmaciones:

    • Me perdono a mí mismo, incondicionalmente.
    • Perdono a mis padres, incondicionalmente.
    • Perdono a mi pareja, incondicionalmente.
    • Perdono a mis hijos, incondicionalmente.
    • Perdono a toda la humanidad, incondicionalmente.
    • Cuando perdono soy un canal abierto a la energía cósmica.
    • Cada día que paso soy más libre y feliz porque me perdono a mí mismo y perdono a los demás.

    3.- Amarte a ti mismo

    Cuando aprendemos a amarnos a nosotros mismos, comienzan a aparecer los milagros en nuestras vidas. Es como abrirles la puerta e invitarlos a pasar.

    Es absurdo querer emprender el camino del amor consciente si antes no te amas a ti mismo. No se puede volar sin alas. Amarte a ti mismo no es dejar de juzgarte con dureza, perdonarte superficialmente o concederte algunos caprichos de vez en cuando.

    Al conocer y aplicar éstos principios, comprenderás que,Amarte a ti mismo es algo más:es aceptarte y aprobarte tal como eres, porque sabes que en lo más profundo de ti mismo eres perfecto. Es respetarte, porque sabes que lo divino está en tu interior. Cuando te amas a ti mismo, la vida se convierte en una sucesión de pequeños milagros.

    A medida que practicas el amor consciente hacia ti mismo, te das cuenta de que tu salud mejora, que tus amigos te hace más caso, que tus relaciones son más satisfactorias y que toda tu vida se torna más creativa.

    Amándote a ti mismo despiertas en ti el amor que atraerá el amor de los demás, que atraerá el amor de aquellos a quienes amas. Es, sin duda alguna, la mejor manera de hacer que los demás te amen, sin coacción, sin violencia, con dulzura, con magia.

    Para conocer y aplicar los 7 principios del amor consciente en su totalidad, espera nuestro próximo artículo, donde haremos entrega de los principios del amor consciente, desde el 4 hasta el 7, para completar así este maravilloso regalo que, al aplicarlo, nos permitirá realizar los cambios necesarios para lograr vivir nuestra existencia de forma plena y en completa unión con la creación.

    Te invito a descubrir y aplicar  Las 12 Leyes Espirituales del Universo 

  • ¿Atrapada Por La Falta De Perdón? Elijo Ser Libre Y Abrazar Mi Presente Hoy!

    ¿Atrapada Por La Falta De Perdón? Elijo Ser Libre Y Abrazar Mi Presente Hoy!

    Elijo ser libre, pues la falta de perdón puede convertirse a veces en una prisión que nos impide continuar nuestro camino en paz y amor, así que vamos, anímate, elige ser libre y besa las infinitas posibilidades que la vida tiene para ofrecerte.

    Todos en algún momento de nuestras vidas nos hemos sentido atrapados, confundidos por el dolor y la frustración de las decepciones.

    Yo escojo perdonarme a mí misma y a mi ayer, porque tengo prisa en vivir el hoy. De la mano con el ahora, beso las infinitas posibilidades que tengo para hoy y elijo mantenerme feliz, pues no hay nada mejor que eso.

    Elijo ser libre

    Todavía no sé perdonar. Todavía dejo la cabeza a la almohada y no hago más que pensar y pensar y simplemente no es posible. Pero no desisto.

    Elijo ser libre y permito que el perdón inunde mi corazón:

    El perdón es una cuestión cuántica. Puedes perdonar aquí en un punto específico de la línea del tiempo y todo reverbera y todo cambia. La velocidad es tan grande que la gente cree que sigue todo igual. Cuanto más rápido va el tren, menos sientes la velocidad, que sólo se siente hasta cierto punto, después de eso ya no es posible percibir si estamos corriendo o no.

    Esta falta de conciencia puede ser la razón de la dificultad para perdonar porque nos inclinamos a resultados medibles, visibles, que podamos oler, ver sus colores y texturas, escuchar o tocar. Cuanto más físico, mejor.

    Quiero aquella escena de rodillas dobladas y esa mirada de excusa. Pero no funciona así.

     

    Elijo ser libre y abrazar mi presente hoy

    Perdimos tiempo con todo ese teatro y esa falsa compensación para algo que puede ser sólo un recuerdo en la línea del tiempo, que se va modificando a medida que los días pasan. De hecho, lo que hoy es un peso enorme, después de algún tiempo, que puede ser mucho o poco, ya no va a tener la importancia y el color que tiene ahora.  Por eso elijo ser libre y hago del perdón mi más preciada virtud.

    Hay algunas situaciones, personas y escenas que no perdonamos. Y alimentamos ese rencor, lo engordamos y no nos cansamos de decir, con orgullo casi cruel y amargo, que no nos olvidamos.

    Dejamos el reloj parado en el dolor y nos alimentamos de eso hasta que no aguantamos más y nos sentimos los seres más miserables en esta vida. Los más abandonados por la vida, y pasamos a vivir una muerte en vida porque ninguna recompensa o ninguna forma de romper ese ciclo nos es posible.

    Caminamos en círculos que nos alimentan de nuestro dolor y no apoyamos la idea de salir de eso. Algunos olvidan cómo es vivir sin el dolor de no perdonar.

    No digo que debemos ahora aliviarnos de todo, de todos y hasta de la gente, y salir por ahí siendo el ejemplo del desprendimiento. Si es así, corres el riesgo de entrar en una confusión aún más inmunda donde todo es, y en el minuto siguiente ya no es más.

    Desgarrados de la vida y de los demás y de las escenas, desgarrados por nosotros mismos, de nuestra identidad y luego allí en la próxima esquina, ni siquiera vamos a poder reconocernos. Es la mente, que sopla el desprendimiento sin reflexión.

    El perdón no está en los demás, está en nosotros mismos.

    Perdonar es algo casi divino porque cuando pienso sobre el asunto, viene la idea de la utopía.

    Es una idea que está presa en el mismo lugar de donde vienen las historias de hadas y de una eternidad de días felices. El perdón no está en los demás. Ni en la gente, no podemos controlar lo que sienten, dicen y hacen los demás. Sólo podemos dirigirnos a nosotros mismos, nuestros pensamientos y nuestro cuerpo. En ese punto ya considero que es bastante poder, y tengo el poder de elegir, así que hoy elijo ser libre.

    Observo dentro de mí misma, miro mis ojos en el espejo y me perdono.

    Acaricio con profundo amor cada una de las heridas que yo misma me hice al permitir que me lastimaran. Acaricio mi pecho y digo a mi corazón que él puede volver a galopar otra vez. Con cuidado, ya no tienes que andar tan asustado.

    Paso los dedos por mi pelo y acaricio mi cara con la promesa de que todo va a estar bien. Ahora quien sabe, todavía no está como quisiera, pero todo va a arreglarse, lo importante es que hoy elijo ser libre.

    Siempre se arregla, después de todo nada de lo que sucede puede escaparse a las leyes del universo. Todo ciclo se termina y da lugar otro. Todavía nadie me ha dado alguna prueba de que sea diferente.la libertad por eleccion

    Abrazo mis expectativas y enderezo mi columna. Respiro profundamente y despacio, ligando mis sentidos al momento presente. Dejo que lo que pasó realmente se vaya. Y permanezco así percibiendo dónde estoy, como estoy y me fijo en el ahora. Hago planes. Cada plan depende exclusivamente de mí mismo.

    No está en el otro mi futuro. No hay futuro. Esta ansiedad toda que nos envuelve nos lleva al futuro sin siquiera existir todavía.

    Lo que hay es el presente en constante cambio. Necesitamos estar atentos porque pronto ya no es más y pasa a ser un recuerdo.

    Cuando yo permito que la ansiedad me gobierne, dejo de vivir en el presente, e imagino cosas paso a paso para creer un futuro y para planificar la incertidumbre de lo que no sé si algún día llegará a ser.

    Deja que lo que pasó se vaya. Deja que el futuro se haga presente. No permitas que otros determinen quién eres y quién deseas ser.libertad plena

    No te escondas detrás de los errores de tus padres, de tus amigos y de todos los demás. No permitas que nada sobrepase tu zona de confort, protege tus convicciones y fortalece tu fuerza de voluntad todos los días. Repite en voz alta si es necesario. Escribe en el mural de las redes sociales que hoy tú eres mejor que ayer y que eliges amar tus opciones, que siempre serán lo mejor que podías haber hecho con las cartas que tenías en ese momento.

    Elijo ser libre. Yo escojo perdonarme a mí misma y a mi ayer porque tengo prisa en vivir el hoy.

    Elijo ser libre. De la mano con el ahora, beso las infinitas posibilidades que tengo para hoy y elijo mantenerme feliz, pues no hay nada mejor que eso. Y en esa búsqueda desesperada de olvidar un pasado que ya no es, o de encontrar un futuro que aun no ha sido y no sabemos si será, observa a tu alrededor y mira… la vida es ahora, en el preciso instante en que estás.  Es allí donde puedes abrazar todas tus ganas de ser feliz, todas tus ganas de ser verdaderamente libre.

    Lee sobre cómo soltar tu pasado y recuperar la vida que mereces disfrutar!