Conoce tu ser interior y genera los cambios necesarios para tener una vida plena. Podemos desarrollar autoconciencia usando ejercicios que nos ayuden a incrementar nuestros poderes de observación, no necesariamente la observación del mundo exterior, sino del mundo interior, y la causa y efecto de nuestras creencias, pensamientos, palabras y acciones.
Poseer conciencia de ti mismo puede ayudarte a tomar responsabilidad de tus pensamientos, palabras y acciones abiertamente y sin miedo. El camino hacia la autoconciencia puede ayudarte a detener el flujo de pensamientos negativos y dudas sobre ti mismo.
Con la autoconciencia, estarás altamente sintonizado con tu entorno interior de pensamientos, emociones, creencias, hábitos y las palabras y acciones que solías usar casi inconscientemente.
Practica estos ejercicios de autoconciencia y conoce tu ser interior:
Mirar hacia adentro puede ser incómodo, no es algo que puedas esperar con ansias, porque puede que no te guste lo que descubras de ti mismo. Sin embargo, descubrirás conocimientos esenciales sobre ti mismo que te ayudarán a trazar un rumbo en la vida que te agrade. En otras palabras, no estarás atascado en las mismas viejas rutinas, cometiendo los mismos errores una y otra vez. ¡Así que adelante, conoce tu ser interior y toma el control de tu maravillosa experiencia de vida!.
Dominar con éxito el arte de la autoconciencia requiere que te tomes tu tiempo para relajarte y estar presente. El cuerpo va donde el cerebro le dice que se mueva, pero eso no siempre significa que tu mente esté viajando con él. A menudo, tus pensamientos se apresuran hacia el futuro o se atascan en los pozos de alquitrán del pasado.
1. Microrráfagas de atención:
Presta atención a lo que dices durante unos segundos cada vez, para que puedas tomar conciencia.
¡No tienes que pasar horas en esto! Puedes incorporar las interrupciones del conocimiento a tu día. Unos segundos o minutos para darte cuenta de lo que acabas de decir y cómo respondió el oyente, funcionará. Fíjate en lo que pasa en ti, y en lo que pasa a pesar de ti. Sé consciente de la causa y efecto, tanto en términos de tu respuesta como de lo que tú causas.
2. Tres Minutos consciente de tus movimientos corporales
Algunas veces al día, asegúrate de pasar 3 minutos enfocándote en cada movimiento físico que hagas. Esta es una práctica de meditación en el ahora consciente. Durante estos tres minutos concéntrate en tus movimientos físicos, concentrándote en tu experiencia de esos movimientos. Dedica unos minutos al día y conoce tu ser interior.
¿Qué te parece la puerta que estás abriendo?
¿Qué sensaciones experimentas cuando coges un bolígrafo y escribes algunas notas?
No analices demasiado tus movimientos. Simplemente concéntrate en lo que se siente físicamente, y realmente entra en la experiencia de cosas simples que normalmente das por sentado.
Hacernos conscientes de los movimientos de nuestro cuerpo, nos trae al momento presente.
3. Cómo usar la otra mano:
Usa tu mano no dominante para realizar tareas simples como escribir, cepillarte el cabello e incluso lavar los platos. Te sorprenderás de cuánto esfuerzo mental se necesita, y cuán consciente te vuelves de cuán arraigados están realmente tus hábitos!
Si hicieras este ejercicio durante 30-60 días seguidos, crearías un nuevo hábito que sería tan fácil como realizar las mismas acciones con tu mano dominante. Cambiar la rutina empuja a tu cerebro a estar más alerta y te permite estar más sintonizado contigo mismo y con lo que estás haciendo.
4. Gente Observando:
Probablemente ya has visto a algunas personas antes, pero ¿te has dado cuenta de que te encuentras a ti mismo juzgando su apariencia, sus acciones o inventando alguna historia en tu cabeza para ellos?
Para esta práctica de ejercicios, trata de no pensar en nada cuando los observes. Sin juicios ni historias. Simplemente míralos con una completa apertura en tu mente. Considera la experiencia que tienes, simplemente notando a alguien más.
5. Contacto Significativo:
Pasa un día completo en el que saludes de forma deliberada, plena y genuinamente, a todas las personas con las que entres en contacto. Sonríe y saluda, da la mano a tus compañeros de trabajo, abraza a tus amigos y familiares. Sea lo que sea, asegúrese de que tu contacto sea deliberado.
El único momento en que puedes expresarte abiertamente con la calidez de tu sonrisa, es en el momento presente.
Asegúrate de dar gestos completos y atención a aquellos a los que estás saludando y asegúrate de que tus gestos sean auténticos. Tú no quieres que tus gestos parezcan o se sientan forzados y no genuinos. A medida que hagas contacto con cada persona a lo largo de este día, observa lo que sucede entre tú y ellos. Enfoca tu atención en lo que estás experimentando y cómo están reaccionando. A través de esta práctica conoce tu ser interior y la forma en que las personas reaccionan a tu presencia.
6. Escuchar la charla:
Puedes tomar de 15 a 30 minutos de meditación y simplemente escuchar tu charla mental. Disfruta de tu pista musical favorita y deja que tu mente deambule. Presta atención. Mira las creaciones de tu mente como lo harías con una película.
El acto de notar, considerar, concentrarse, etc. son prácticas meditativas que te guían a tu propia conciencia. Conoce tu ser interior y deja de estar aislado de tu autoconciencia por no prestar atención. El mantenernos enfocados durante la práctica de estos ejercicios, redirecciona y reposiciona nuestro enfoque para que seamos los más abiertos a volvernos autoconscientes.
Preguntas que debes hacerte para una vida más consciente:
¿Cuál es la actitud que quiero tener? Considera a quién te quieres parecer en la actitud y toma conciencia de los atributos de esa persona. Déjate inspirar por otras personas a las que admiras, pero no te olvides nunca de ellas.
¿Cuál es mi actitud actual? Considera cómo estás pensando, sintiendo, hablando y actuando, a diferencia de a quién te gustaría imitar. ¿Son similares? ¿Son muy diferentes?
Posiciona tu mente hacia la persona que eres consciente de que quieres ser , siéntete a ti mismo volviéndote más así. Imagínate a ti mismo adoptando los rasgos y características que admiras.
Considera lo que inconscientemente impulsa tus comportamientos. Hazte consciente de estas cosas.
Por ejemplo, ¿Te quejas por costumbre? ¿Te estás juzgando a ti mismo y/o a otros? ¿Estás demasiado envuelto en lo que tú u otra persona está haciendo, y no estás pensando si estos comportamientos y respuestas son hábitos o deliberados?
Los ejercicios de autoconciencia te piden que tomes en cuenta y consideres lo que está sucediendo dentro de ti. Conoce tu ser interior y conecta con el presente. Una vez que hayas alcanzado tu propia autoconciencia, puedes utilizarla como una herramienta de autodesarrollo y como un instrumento de cambio positivo.
Te invito a leer sobre las 5 etapas de Evolución De La Conciencia, y conoce tu nivel de evolución.