La Ley del Espejo se basa en el siguiente principio: todo lo que vemos en los demás es un reflejo de nosotros mismos. De acuerdo con esta ley, las personas que más nos provocan sentimientos negativos, son las que más tienen cosas para enseñarnos sobre nosotros mismos, y todo lo que rechazamos en ellas representa algo que no hemos resuelto en nuestro interior.
Cuando comprendemos esa dimensión y trabajamos en nosotros mismos para cambiar lo que nos desagrada en los demás, podemos mejorar significativamente la calidad de nuestras vidas y de nuestras relaciones.
Lo que más te desagrada de alguien más, sólo tiene que ver contigo.
Entendiendo la ley del “ Espejo ”
¿Alguna vez has parado para pensar en las personas y cosas que te molestan? ¿Qué te molesta tanto en ellas? ¿Cuál será la característica que te incomoda tanto cuando estás en contacto con ellas?
Si reflexionas sobre esto, descubrirás que esa incomodidad puede tener más que ver contigo, que con la otra persona. Por ejemplo, supón que existe una persona muy sincera en tu vida, que dice lo que piensa, sin enmascarar las cosas y eso te molesta. Será que realmente no te gusta lo que ella dice, o será el hecho de que ella pueda decir tranquilamente cosas que a ti te cuesta mucho expresar.
Para la ley del espejo, por supuesto, sería la segunda opción. Lo que nos molesta en otras personas está relacionado a nosotros, no a ellas.
Cómo podemos usar la ley del espejo para evolucionar
Podemos usar esta ley para ver las cosas que necesitamos mejorar y alcanzar nuestra evolución. Si deseas probar la ley del espejo, trata de hacer este pequeño ejercicio.
- Piensa en una persona que te hace sentir muy mal, que tiene muchos comportamientos que no te agradan.
- Todavía pensando en ella, escribe en un papel todas las características de su personalidad que te afectan.
- Cuando la lista esté completa, reflexiona: ¿Qué de estas características de la persona tienen que ver contigo?
- Sé honesta sobre esto, puede no ser fácil al principio, pero las respuestas vendrán.
Cuando vemos que es nuestro propio reflejo, lo que se percibe en alguien que nos genera malestar, allí comienza nuestro proceso de sanación.
Cuando termines estos pasos y hagas una reflexión profunda, probablemente, algunas de las cosas que tú escribiste al principio te incomodarán menos. Esto sucederá porque la función de esas cosas era, apenas, abrir tus ojos.
Para concluir el ejercicio, todavía falta una etapa: reconciliarte con esa persona. Sabiendo que las cosas que no te gustan de ella, en realidad, están dentro de ti, necesitas eliminar el sentimiento negativo por la otra persona, y nada mejor para eso que hacer una lista de virtudes sobre ella.
Anota todo lo que consideras bueno en la otra persona, cualidades, talentos, gustos, personalidad. También te resultará difícil al principio, pero si te esfuerzas, seguro lo conseguirás. Cuando concluyas el ejercicio, percibirás que esa persona es como todos nosotros, tiene defectos y cualidades, cosas buenas y malas, y merece compasión y cariño, así como tú.
Acepta que la ley del espejo te está brindando una nueva herramienta para conocerte más profundamente, aplícala tanto como lo consideres necesario, sana tus relaciones con aquellas personas a quienes de algún modo hayas afectado debido con una actitud negativa, y por sobre todo, ten paciencia, comprensión y compasión contigo misma, sabe que estás iniciando un hermoso proceso de sanación que te permitirá tener nuevas y mejores relaciones con tu prójimo.
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