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  • ¿Atrapada Por La Falta De Perdón? Elijo Ser Libre Y Abrazar Mi Presente Hoy!

    ¿Atrapada Por La Falta De Perdón? Elijo Ser Libre Y Abrazar Mi Presente Hoy!

    Elijo ser libre, pues la falta de perdón puede convertirse a veces en una prisión que nos impide continuar nuestro camino en paz y amor, así que vamos, anímate, elige ser libre y besa las infinitas posibilidades que la vida tiene para ofrecerte.

    Todos en algún momento de nuestras vidas nos hemos sentido atrapados, confundidos por el dolor y la frustración de las decepciones.

    Yo escojo perdonarme a mí misma y a mi ayer, porque tengo prisa en vivir el hoy. De la mano con el ahora, beso las infinitas posibilidades que tengo para hoy y elijo mantenerme feliz, pues no hay nada mejor que eso.

    Elijo ser libre

    Todavía no sé perdonar. Todavía dejo la cabeza a la almohada y no hago más que pensar y pensar y simplemente no es posible. Pero no desisto.

    Elijo ser libre y permito que el perdón inunde mi corazón:

    El perdón es una cuestión cuántica. Puedes perdonar aquí en un punto específico de la línea del tiempo y todo reverbera y todo cambia. La velocidad es tan grande que la gente cree que sigue todo igual. Cuanto más rápido va el tren, menos sientes la velocidad, que sólo se siente hasta cierto punto, después de eso ya no es posible percibir si estamos corriendo o no.

    Esta falta de conciencia puede ser la razón de la dificultad para perdonar porque nos inclinamos a resultados medibles, visibles, que podamos oler, ver sus colores y texturas, escuchar o tocar. Cuanto más físico, mejor.

    Quiero aquella escena de rodillas dobladas y esa mirada de excusa. Pero no funciona así.

     

    Elijo ser libre y abrazar mi presente hoy

    Perdimos tiempo con todo ese teatro y esa falsa compensación para algo que puede ser sólo un recuerdo en la línea del tiempo, que se va modificando a medida que los días pasan. De hecho, lo que hoy es un peso enorme, después de algún tiempo, que puede ser mucho o poco, ya no va a tener la importancia y el color que tiene ahora.  Por eso elijo ser libre y hago del perdón mi más preciada virtud.

    Hay algunas situaciones, personas y escenas que no perdonamos. Y alimentamos ese rencor, lo engordamos y no nos cansamos de decir, con orgullo casi cruel y amargo, que no nos olvidamos.

    Dejamos el reloj parado en el dolor y nos alimentamos de eso hasta que no aguantamos más y nos sentimos los seres más miserables en esta vida. Los más abandonados por la vida, y pasamos a vivir una muerte en vida porque ninguna recompensa o ninguna forma de romper ese ciclo nos es posible.

    Caminamos en círculos que nos alimentan de nuestro dolor y no apoyamos la idea de salir de eso. Algunos olvidan cómo es vivir sin el dolor de no perdonar.

    No digo que debemos ahora aliviarnos de todo, de todos y hasta de la gente, y salir por ahí siendo el ejemplo del desprendimiento. Si es así, corres el riesgo de entrar en una confusión aún más inmunda donde todo es, y en el minuto siguiente ya no es más.

    Desgarrados de la vida y de los demás y de las escenas, desgarrados por nosotros mismos, de nuestra identidad y luego allí en la próxima esquina, ni siquiera vamos a poder reconocernos. Es la mente, que sopla el desprendimiento sin reflexión.

    El perdón no está en los demás, está en nosotros mismos.

    Perdonar es algo casi divino porque cuando pienso sobre el asunto, viene la idea de la utopía.

    Es una idea que está presa en el mismo lugar de donde vienen las historias de hadas y de una eternidad de días felices. El perdón no está en los demás. Ni en la gente, no podemos controlar lo que sienten, dicen y hacen los demás. Sólo podemos dirigirnos a nosotros mismos, nuestros pensamientos y nuestro cuerpo. En ese punto ya considero que es bastante poder, y tengo el poder de elegir, así que hoy elijo ser libre.

    Observo dentro de mí misma, miro mis ojos en el espejo y me perdono.

    Acaricio con profundo amor cada una de las heridas que yo misma me hice al permitir que me lastimaran. Acaricio mi pecho y digo a mi corazón que él puede volver a galopar otra vez. Con cuidado, ya no tienes que andar tan asustado.

    Paso los dedos por mi pelo y acaricio mi cara con la promesa de que todo va a estar bien. Ahora quien sabe, todavía no está como quisiera, pero todo va a arreglarse, lo importante es que hoy elijo ser libre.

    Siempre se arregla, después de todo nada de lo que sucede puede escaparse a las leyes del universo. Todo ciclo se termina y da lugar otro. Todavía nadie me ha dado alguna prueba de que sea diferente.la libertad por eleccion

    Abrazo mis expectativas y enderezo mi columna. Respiro profundamente y despacio, ligando mis sentidos al momento presente. Dejo que lo que pasó realmente se vaya. Y permanezco así percibiendo dónde estoy, como estoy y me fijo en el ahora. Hago planes. Cada plan depende exclusivamente de mí mismo.

    No está en el otro mi futuro. No hay futuro. Esta ansiedad toda que nos envuelve nos lleva al futuro sin siquiera existir todavía.

    Lo que hay es el presente en constante cambio. Necesitamos estar atentos porque pronto ya no es más y pasa a ser un recuerdo.

    Cuando yo permito que la ansiedad me gobierne, dejo de vivir en el presente, e imagino cosas paso a paso para creer un futuro y para planificar la incertidumbre de lo que no sé si algún día llegará a ser.

    Deja que lo que pasó se vaya. Deja que el futuro se haga presente. No permitas que otros determinen quién eres y quién deseas ser.libertad plena

    No te escondas detrás de los errores de tus padres, de tus amigos y de todos los demás. No permitas que nada sobrepase tu zona de confort, protege tus convicciones y fortalece tu fuerza de voluntad todos los días. Repite en voz alta si es necesario. Escribe en el mural de las redes sociales que hoy tú eres mejor que ayer y que eliges amar tus opciones, que siempre serán lo mejor que podías haber hecho con las cartas que tenías en ese momento.

    Elijo ser libre. Yo escojo perdonarme a mí misma y a mi ayer porque tengo prisa en vivir el hoy.

    Elijo ser libre. De la mano con el ahora, beso las infinitas posibilidades que tengo para hoy y elijo mantenerme feliz, pues no hay nada mejor que eso. Y en esa búsqueda desesperada de olvidar un pasado que ya no es, o de encontrar un futuro que aun no ha sido y no sabemos si será, observa a tu alrededor y mira… la vida es ahora, en el preciso instante en que estás.  Es allí donde puedes abrazar todas tus ganas de ser feliz, todas tus ganas de ser verdaderamente libre.

    Lee sobre cómo soltar tu pasado y recuperar la vida que mereces disfrutar!