La vida complicada. Las relaciones son complicadas. Las amistades se complican. Las opciones de vida son complicadas. ¿O no lo son? ¿Es posible que nuestra excesiva necesidad de complicar la vida sea, simplemente darnos algo que hacer?
¿Estamos quizás complicando demasiado cada cosa en nuestra vida, por el mero hecho de que nos da algo en lo qué pensar incesantemente, o de qué quejarnos con nuestros amigos, o para distraernos de nosotros mismos?
«Hay una belleza y claridad que viene de la simplicidad, que a veces no apreciamos en nuestra sed de buscar soluciones intrincadas.» ~ Dallin H. Oaks
La vida complicada gracias a nuestro ego:
¿Podría ser que nuestro pequeño y frágil ego afirme que quiere felicidad, paz interior, y simplicidad de las situaciones de la vida, pero en el fondo, tiene miedo? Para tener verdadera felicidad y simple alegría, para tener relaciones sin complicaciones, significaría darle muerte, al constante parloteo de la mente.
Vivir sin pensar demasiado, preocuparse, quejarse, y complicarlo todo (hasta el punto de sobreanalizar cada situación), el ego perdería el 90% de su control sobre nosotros.
Nuestro verdadero yo prospera en la simplicidad, de hecho, él es la simplicidad. Sabe que, cualquier cosa fuera de la simplicidad, es meramente nuestro ego, o falso «yo» rogando por nuestra atención.
Mientras el ego tenga nuestra atención, no prestaremos atención a lo que es real y verdadero. No necesitamos pasar tanto tiempo pensando en cómo podemos lograr la felicidad. Ya somos felices. No necesitamos pasar todo nuestro tiempo tratando de obtener amor de otra persona, ya que somos amor.
Como el ego puede sobrecomplicar cada situación, al punto que no vemos que todo está bien y perfecto, ya ha ganado. Pero la realidad de la situación es que no tiene que ser así. Como dijo Confucio, «La vida es muy simple, pero insistimos en hacernos la vida complicarla».
5 Maneras en las que te haces la vida complicada:
Te presentamos 5 maneras, en las que te puedes estar haciendo la vida complicada.
1. Vives demasiado en tu cabeza
Nuestras mentes están constantemente tratando de darle sentido a todo. Están repasando cada uno de los «¿y si…? ¿por qué hicieron eso? ¿qué significa todo esto?», lo que nos hace la vida complicada.
Literalmente sólo existe este momento presente. Así que, reflexionar sobre conversaciones pasadas, o estresarte por eventos futuros, puede volverte loco. Pasamos horas enteras, jugando con escenarios en nuestra cabeza, que nunca han sucedido, y que pueden o no, suceder. Pensamos en todo, por lo que estamos completamente desconectados de lo que es real, y en la belleza de experimentar el momento presente, cuando realmente sucede… en el momento presente.
2. Quieres hacer feliz a todo el mundo, todo el tiempo
Tratar de complacer a todos puede que funcione de vez en cuando, pero la mayoría de las veces será una hazaña imposible. Para complacer a una persona, es inevitable que molestes a otra persona, hasta cierto punto.
Habrá momentos, en que cada uno en su vida va a tener su propia opinión sobre cómo deberías vivir la tuya, así que tratar de satisfacerlos a todos sería imposible. ¿Qué tal si haces lo que te hace feliz?
Sí, algunas personas tendrán algo que decir, o pueden estar decepcionadas, pero esta es tu vida, ¿verdad? Una vez que la gente en tu vida se dé cuenta de que te has convertido en tu primera prioridad, ellos estarán menos inclinados, a pedirte que salgas de tu camino sólo para complacerlos.
Además, no se sorprenderán tanto cuando les digas «no», en lugar de tratar desesperadamente de evitar que se molesten, haciendo exactamente lo que ellos te digan.
3. Crees que tu percepción de la vida es la verdad absoluta
He aquí un secreto: Tu percepción no es igual a la verdad, sólo significa eso…. Tu percepción. Así que, la cajera de la tienda no es necesariamente una bruja grosera, sólo porque la percibiste así. ¿Se te ocurrió que tal vez ella está lidiando con un problema en su vida personal? Y la chica con la que saliste no es necesariamente una idiota insensible.
Tal vez han tenido una infancia realmente difícil, y no saben cómo abrirse a la gente muy fácilmente. Independientemente de la situación, debemos darnos cuenta de que siempre hay dos caras de cada moneda, antes de hacernos la vida complicada.
Cuando dejamos de convencernos a nosotros mismos y a los demás de que sabemos exactamente lo que pasa por la cabeza de los demás, y por qué actúan de la manera en que lo hacen, dejamos de perder tanto tiempo juzgando, quejándonos y criticando a los demás.
Simplemente vemos las cosas y a las personas como son, sin imponerles nuestra pequeña historia que puede o no, estar cerca de la verdad real.
4. No confías que hay una inteligencia superior haciendo el trabajo
Ya sea que lo llames el universo, o Dios, o la fuente, o todo lo que es, hay una fuerza que está trabajando detrás de las escenas, en cada aspecto de nuestras vidas. Nunca hay un momento en el que estemos separados de su presencia, porque en toda la realidad venimos de ella, lo que significa que SOMOS sólo una pequeña porción de ella.
Nuestras mentes débiles y pequeñas no pueden comprender esto, así que por eso tratamos de hacer nuestros propios planes y agendas sobre cómo irán las cosas en nuestra vida. La nueva noticia es que las cosas rara vez salen como pensábamos que saldrían, ¿verdad?
Esto se debe a que la inteligencia superior sabe lo que es mejor para nosotros, aunque estamos convencidos de que lo sabemos. La inteligencia superior ve una imagen más amplia, sabe que la razón por la que tu coche no arrancó hoy, es porque iba a haber una gran colisión en la autopista, justo cuando tú habrías estado conduciendo por ella.
Acepta y ríndete a cualquier cosa que te traiga o te lleve a dudar, creándote la vida complicada. La inteligencia superior siempre te está dando exactamente lo que necesitas en un momento dado, tu única tarea es: CONFIANZA
5. No eres honesto contigo mismo
Esta es una gran manera de complicarnos la vida. Y en realidad es mucho más difícil de lo que parece, principalmente porque, muchos de nosotros nos escondemos tanto de nosotros mismos, que ya ni siquiera sabemos cuál es la verdad. Lo creas o no, mucha gente se siente cómoda con su miseria. Se han acostumbrado tanto a ello, que la mera idea de no tener algo de lo qué sentirse miserables, suena como la cosa más aterradora de la historia. Así que se engañan a sí mismos.
Racionalizan, justifican y excusan por qué todavía necesitan trabajar en ese trabajo que sienten que les absorbe el alma, o necesitan continuar aferrándose a una adicción, a cualquier cosa que sea el objeto de su deseo.
Mientras puedan eludir el ser honestos consigo mismos, debido a que tienen miedo, pueden permanecer cómodamente infelices. Esto por alguna razón suena mejor que, simplemente admitir que, quien sea, o lo que sea, o donde sea, nunca va a acercarlos a la felicidad que ellos reclaman que quieren.
La vida no tiene por qué ser dura. De hecho, cuando empezamos a simplificarla, nos damos cuenta de que la vida sencilla, es el lugar donde realmente vive la verdadera alegría y felicidad. Tomamos las cosas, y a las personas al pie de la letra. Confiamos en el proceso de la vida, y no analizamos demasiado a todos, y a todo. Así que, si haces algo, haz esto…. hazlo simple, porque la vida complicada, depende de tu actitud ante ella!
Quizá te interese conocer éstas 10 lecciones de Dalai Lama que ayudan a comprender la vida!