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  • Aprende A Reconocer A Las Personas Que Te Perjudican!

    Aprende A Reconocer A Las Personas Que Te Perjudican!

    Seguramente, como a muchos nos pasa, tu también te has acostumbrado a vivir con personas que te perjudican.  Y la mayor parte del tiempo, no nos damos cuenta hasta qué punto, ésta convivencia es perjudicial para nuestro desarrollo y nuestra felicidad.

    Si quieres ser feliz y sano, es de suma importancia que estés siempre muy atento. Es necesario reconocer a las personas que cargan una energía negativa tan grande, que acaban transfiriendo esa negatividad a las otras personas.

    ¡Algunas personas se quejan de todo y de todos! Toma distancia de quien tiene siempre alguna queja para hacer.

    El universo nos apoya, y nuestra actitud, bien sea positiva o negativa, es la que define lo que recibiremos a cambio.

    Ten cuidado con las personas que te perjudican:

    Hay muchos motivos en la vida para agradecer, pero algunas personas prefieren buscar los motivos para reclamar! ¡Reclaman del marido, de los hijos, de los amigos, del transporte, de la comida, del trabajo, del tiempo, la lista es infinita!

    No quiero afirmar aquí qué los problemas no existen, porque sí existen. Pero algunas personas sólo saben hablar de los problemas y nunca buscan una solución, y son éstas las personas que te perjudican.

    Algunas personas sólo logran ver el lado negativo de todo lo que les sucede.  Esto se debe a que aun no han logrado comprender cómo funcionan las leyes del universo, por lo que para ellos, agradecer cualquier cosa, carece de importancia. Para ellos no existe razón en hablar de sembrar bien para cosechar bien.

    No han entendido que la vida es como un bumerang, donde la energía que sale de ti, vuelve a ti en la misma forma, sólo que amplificada.

    No alcanzan a entender porqué existen personas a quienes les va realmente bien, y tampoco se toman la molestia de averiguar cual es la fórmula que éstas personas utilizan para salir adelante en sus proyectos, metas y objetivos. Sólo se limitan a buscar lo negativo de todas las situaciones, independientemente de que en dicha situación, se encuentre la luz de la oportunidad, la luz de una bendición.

    Habla de temas agradables y cortalos!

    Cuando estés cerca de las personas que te hacen mal y que sólo saben reclamar, trata de cambiar de asunto hablando de algo positivo. No permitas que continúen involucrándote en asuntos negativos, cambia el asunto!. Si el asunto es enfermedad, habla de la belleza de los niños jugando o de cualquier otro tema agradable.

    Con esa actitud, tú no vas a ser afectado con la energía negativa que las otras personas estaban cargando y más aún: Tú puedes cambiar la forma en que esas personas negativas se comportan.

    A cada uno le llega su momento… Cuando el alumno está por completo preparado, automáticamente aparece en su camino el maestro.

    Tal vez esas personas comiencen a evitarte, pues no han encontrado en ti un receptor para su negatividad. O mejor, tal vez alguna persona negativa comience a ver todas las cosas maravillosas que existen, y empiece a tener una actitud más positiva y una conversación mucho más agradable. Quizá se convierta en una persona con quien todos tienen placer en conversar.

    Hay que tener presente que nadie aprende de las experiencias ajenas, por lo que muchas veces, un concejo bien intencionado puede ser tomado como una intromisión, y en consecuencia, rechazado.

    Identificando a personas que te perjudican

    Influye de forma positiva y motiva los cambios:

    La mejor forma de llegar a influir de alguna manera en las demás personas, es a través del ejemplo. Tomar una actitud vibrante, positiva, alegre y optimista, ante las personas negativas, puede resultar más beneficioso para ellas de lo que podamos imaginar.

    Incentivar, motivar e impulsar a las personas negativas cercanas, a plantearse la alternativa de cambiar en algo su actitud, puede ser una de las mejores acciones que podríamos llegar a realizar.  Ya que éstas personas sufren. Viven en un mar de angustias, dolor y sufrimientos.   Motivados por su actitud negativa ante todo lo que les rodea.

    Ayudarles con nuestro ejemplo, con nuestra buena disposición.  No de decirles lo que tienen que hacer para cambiar, sino de mostrarles el camino más amable para llegar a un mismo destino.   Pero de forma agradable, dulce, suave, que les sea inevitable dejar salir un «gracias«, y una tímida sonrisa como regalo por nuestro pequeño empujón.

    Estar allí, pero sin ser vistos, con una actitud de placer y expectativa, por lo que sabemos está en nuestra intención hacer.  Sin que seamos descubiertos. Algo así como ser luz en medio de la obscuridad…Así como ser un instrumento de lo divino, para lograr influenciar de forma silenciosa.

    Pero con todo nuestro amor y toda nuestra pasión por aquellos a quienes tenemos cerca, y que merecen entender y comprender el lado más hermoso de la vida.

    Ten en cuenta que el cambio está en ti!

    Cuando decides lo que quieres para ti, y muestras esa decisión a las personas que te rodean y en especial a las personas que te perjudican, automáticamente todo a tu alrededor cambia! Eres tú quien decide qué tipo de personas quieres cerca.personas que te hacen mal

    No seas lo que críticas, más bien cultiva en ti todo aquello que consideras positivo en una persona, y sé el ejemplo. 

    No es necesario salir diciendo que ya no vas a aceptar en tu vida a personas negativas, eso no va a cambiar nada. Sólo cambia de actitud con las personas que te perjudican.

    Para recibir gracias es necesario dar gracias, entonces está siempre alerta para no quedarte reclamando, pues, ese tipo de actitud no cambia nada.

     

    Cuando percibes que una conversación va hacia un rumbo que ciertamente terminará en quejas, comienza a hablar de las gracias que tú ves en la vida de esa persona. Hablar sobre sus logros y bendiciones evidentes, podría motivarla a continuar en ese ángulo más positivo de la conversación. Incentiva, motiva…esta actitud puede hacer toda la diferencia.

    Sé la persona que te gustaría tener de tu lado para una conversación agradable.  Así vas a atraer a más personas con pensamientos y actitudes positivas a tu amistad y a tu vida. Y recuerda, las personas que te perjudican, también están haciendo lo mejor que pueden con el conocimiento que tienen. Quizá sólo haga falta alguien que les muestre el camino. ¡Sé tú el cambio!

    Te invito a conocer más sobre las Energías Negativas y Vampiros Emocionales  y aprende a protegerte!

  • Lo Que Vivimos En La Infancia No Se Queda En La Infancia

    Lo Que Vivimos En La Infancia No Se Queda En La Infancia

    En algún momento hemos sido conscientes de la gran influencia que tienen las experiencias que vivimos durante la niñez, para llevar una vida adulta psicológicamente feliz y saludable. Lo que vivimos en la infancia tiene la facultad de definir nuestra personalidad durante la vida adulta, así como nuestra salud emocional y psicológica.

    Hace poco leí un libro donde se abordaba el tema, donde el autor citaba lo siguiente: “si un niño que llora y pide ser alimentado es ignorado por la madre, pero es alimentado cuando espera en silencio, el niño graba en su subconsciente, que cuando quiere algo no debe pedir, ni llorar, pero si esperar, pues alguien va a percibir su necesidad sólo en su silencio”

    Lo que vivimos en la infancia

    Lo que vivimos en la niñez, no se queda en la niñez. Perdura con el tiempo y nos afecta toda la vida.

    Cómo nos afecta lo que vivimos en la infancia?

    El ejemplo anterior resulta muy elocuente, porque expresa de forma sencilla y con mucho sentido el tema que nos motiva hoy. Lo que se ilustra es algo muy cruel, sin embargo muestra cómo las pequeñas actitudes pueden influir en el comportamiento de un individuo y afectar su vida entera, sin que éste se dé cuenta.

    He oído conversaciones de madres que hacen lo mismo a sus hijos desde que eran bebés, con la excusa de estar educando a sus hijos, y creando hábitos de buen comportamiento.

    En una oportunidad tuve la siguiente experiencia con unos vecinos: Las paredes no eran lo suficientemente macizas para sofocar los sonidos más altos, y todos los días la madre de los niños parecía un ángel mientras el marido estaba en casa, hablaba bajito y parecía la mejor madre del mundo y esposa ejemplar. Pero cuando el marido salía de casa, la mujer empezaba a gritarle a los niños frenéticamente. Y a veces los encerraba en el baño o en la habitación para limpiar la casa.

    Lo que vivimos en la infancia nos afecta en la vida adulta

    El caso era claro: el matrimonio no iba bien, la mujer quería ser siempre mejor que la ex mujer de su marido, e intentaba a toda costa mantener la casa en el más perfecto orden. Cuando el hombre llegaba a casa, la misma estaba impecable, y la mujer parecía ser dulce. Pero sólo hasta el momento en que el marido se ausentaba de nuevo.

    Cuando somos bebés, somos cómo arcilla en las manos del alfarero, somos muy vulnerables e indefensos, y nuestros padres son la única garantía de que tendremos una vida saludable y feliz.

    Y me pregunto, qué será lo que esos niños van a llevar a sus vidas adultas sobre esas experiencias con su madre (o padre) ¿Será que siempre verán en el padre, el falso héroe, que era capaz de transformar a la madre nerviosa en una persona tranquila y servicial? ¿Se darán cuenta algún día, de la oscilación terrible de humor a que eran sometidos diariamente, por la debilidad de la madre?

    ¿De qué forma, ese tipo de experiencias afecta la vida de las personas cuando ya son adultas? Y van a ser conscientes de los problemas que surgen en la infancia, que generan comportamientos inconscientes y que se repiten durante toda la vida?

    ¿Será que todo estudio de psicología y psicoanálisis nos permite incluso mirar atrás y trabajar todo lo que nos fue hecho cuando aún éramos tan vulnerables y vacíos de aprendizaje?

    Madre Protegiendo a su bebé

    No conozco las respuestas a estos cuestionamientos, pero me gustan las dudas que generan. Conozco a una psicóloga que decidió abandonar su vida profesional cuando se convirtió en madre. Por su profesión, conocía la tarea que debía emprender al recibir a su bebé. Ella manejaba perfectamente el concepto de que «lo que vivimos en la infancia, no se queda en la infancia».

    Ella sabía la importancia fundamental de los días infantiles de su hija, y lo que ella necesitaba hacer para que su hija lograra convertirse en una adulta feliz y segura, sin traumas y comportamientos oriundos de problemas inconscientes de una infancia mal vivida. Ciertamente muchas madres harían lo mismo, si supieran del grado tan elevado de importancia en la vida de un ser humano que tiene su infancia.

    ¿Quieres tener un hijo sano, feliz y exitoso? Tienes que protegerlo durante su infancia. Vive tus días con él y para él.  Tienes que protegerlo de actitudes bobas, como la de la madre que maltrataba a sus hijos cada vez que su marido salía de casa para el trabajo, o para sus paseos inusitados.vivencias de la infancia

    Tienes que protegerlo de tu propia arrogancia, de querer disciplinar a tu hijo que aún mama en el pecho o en el biberón, haciéndolo un individuo que no sabrá luchar por lo que necesita, pero sí posiblemente un adulto débil y cobarde sin ninguna percepción correcta de los hechos. Recuerda siempre que lo que vivimos en la infancia, no se queda en la infancia, sino que nos afecta para toda la vida.

    Tienes que protegerlo de la actitud equivocada de los niños que sufren de estas experiencias tan dañinas, que afectan su comportamiento y hace que su actitud hacia los demás niños sea muy desagradable.

    Ser niño es ser un individuo vacío que se llena con todo aquello que aprende a través de los padres, de la escuela y de las personas a su alrededor.

    Madre brindando seguridad a su hijo

    El niño absorbe todo a su alrededor, sin ninguna posibilidad de filtrar lo que es bueno de lo que es malo. Y en la mayoría de los casos, ni siquiera los padres se dan cuenta de lo dañino que puede ser dejarlos solos, enfrentando comportamientos que seguramente están determinando sus actitudes futuras.

    No somos responsables por nuestra infancia, ni por lo que nos han hecho. Sobre eso y para eso, tenemos los recursos de la psicología. Pero sí somos responsables de la infancia de nuestros hijos. Que todo nuestro amor sea destinado para ellos.

    Y, cuando sea necesario, vale la pena buscar ayuda profesional, ya que éste asunto es muy serio, delicado y sí, muchas veces difícil. Debido a que lo que vivimos en la infancia, no se queda en la infancia, sino que permanece y nos afecta durante toda la vida.

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