El poder del silencio tiene un propósito mayor del que la mayoría de las personas podría creer. Nuestra mente es tan inteligente y nuestro cerebro siempre tan ocupado, que están hambrientos de estimulación de forma constante.
Recibimos estimulación de los medios de comunicación, la música, las conversaciones, actividades recreativas, la socialización y más. Pero, si apagamos todos los estímulos y apagamos nuestros pensamientos, ¿qué sucedería? Nos aburriríamos ¿Verdad?, “NO”, si tenemos presente todo lo que el poder del silencio representa para nosotros.
El poder del silencio mental frente a la cotidianidad:
En este contexto, no estamos hablando del poder del silencio a través de la meditación, sino del silencio mental, la libertad de todos los estímulos en todos los aspectos de nuestra vida cotidiana.
Es ese filtro de tanta interferencia, no sólo del sonido, sino de las sensaciones, cosas para ver o leer, personas con quienes conversar, detalles en que ocuparnos, temas que estudiar, cosas que comprar. Es el enfoque de la mente a través de la detención de la búsqueda constante de la estimulación.
El silencio es el medio a través del cual logramos conectar con nuestro «Yo Interno»
Siempre debes estar proveyendo a tu mente con infinitas satisfacciones. Nuestro cerebro necesita entradas y estímulos constantes porque nuestras mentes están constantemente activas.
Si no alimentamos esta ansiedad o hiperactividad, surge una especie de depresión, junto con una búsqueda de satisfacción tentadora. Siempre de corta duración, el siguiente estímulo debe ser encontrado.
La hiperactividad mental interfiere en nuestra capacidad para reorganizarnos y re-equilibrar nuestro sistema mente-cuerpo-espíritu.
Un gato se sienta y mira por una ventana durante horas, contento con la simplicidad. Sin embargo, un gato es posiblemente menos inteligente, pero tiene algunas habilidades superiores a las nuestras, por ejemplo, la visión. la audición o la agilidad.
Un humano necesita encontrar las siguientes entradas mentales inmediatamente después de que la última haya terminado, o a mitad de camino si se ha vuelto insatisfactoria. Por ejemplo, terminamos una conversación y encendemos la televisión. Después de esto podemos navegar por Internet.
Durante los quehaceres encendemos la radio porque los quehaceres por sí solos no son suficiente estimulación mental para nosotros, son aburridos, y nosotros necesitamos más.
Hacemos algo de papeleo, escribimos un diario y leemos una revista, nunca nos detenemos por mucho tiempo para permitir que nuestra mente vacía se manifieste. No hay mucha gente que permita una mente vacía, aparte de cuando se duerme. ¿Pero nuestras mentes realmente necesitan esta estimulación constante?
La mayoría de la gente lo cree así y por lo tanto lo satisfacen constantemente. No nos damos cuenta de que podemos vaciar nuestras mentes y que no nos volveremos locos de aburrimiento.
El silencio es el requisito central de la meditación. Así que usemos el silencio más a menudo.
La interferencia sensorial:
La interferencia sensorial son todos los ruidos, vistas, sonidos, gustos y sensaciones físicas que bombardean nuestros sentidos y a su vez nuestras mentes a diario. Es la televisión, la gente hablando, la radio, el tráfico, el olor a contaminación, el polvo, todo lo que sentimos. Debido a que constantemente buscamos estímulos para ocupar nuestras mentes, entramos en contacto con muchas interferencias.
Imagínate que estás viendo un cuadro precioso. Ahora imagina que hay una banda tocando detrás de ti y estás comiendo un sándwich. ¿Podrías concentrarte en la pintura todo lo que quisieras?
Tomamos demasiada información y estimulación, y no le damos a la mente el tiempo apropiado para procesarla. Estamos demasiado ocupados para poder escuchar realmente, además la interferencia distrae.
Asimilamos tanto, que somos ciegos y sordos a las energías y señales sutiles que nos rodean.
Al liberarnos de la interferencia sensorial y del exceso de estímulos, podemos concentrarnos mejor en despejar la mente de preocupaciones, agendas, tareas por hacer, ansiedades, pensamientos generales, etc., los cuales son interferencias generadas dentro de la mente.
¿Por qué silenciar la mente?
∼ En primera instancia, darle un respiro a tu mente te permite procesar todo lo que ya has visto, escuchado y hecho, listo para la siguiente cosa que tienes que hacer.
∼ Tus emociones pueden reajustarse, de hecho todo tu equilibrio puede reajustarse, en otras palabras, te permites un período de tiempo ya sea largo o corto, para reequilibrar.
No hay nada que temer en el silencio mental, pero sí mucho qué aprender, mucho qué lograr.
∼ Te sentirás más tranquilo y feliz. Los períodos de silencio o la reducción de la estimulación mental también pueden combatir la depresión. Esto es detenerse sin meditar y puede ser fácilmente incluido en tu día.
∼ Por otro lado, al silenciar la mente, puedes concentrarte en las energías que te rodean. Las energías de otras personas, de cosas o plantas y animales.
∼ Con suficiente práctica puedes sintonizarte con la fuerza vital del planeta entendiendo que todos y todo es uno. Puedes meditar en un ambiente campestre, o incluso sentarte en silencio disfrutando de una vista y ser capaz de sentir la fuerza vital (o prana) de las entidades que te rodean (árboles, hierba, animales, etc.).
∼ También puedes acceder mejor a tu mente subconsciente y a tus energías espirituales. Tu mente subconsciente contiene recuerdos a los que es difícil acceder. Además tu mente inconsciente es aún más difícil de acceder, se comunica con la mente subconsciente como lo hacen los guías espirituales y el yo superior.
Al disfrutar de períodos de silencio eres más capaz de escuchar a tu mente subconsciente.
Cómo disfrutar del silencio:
- Practicando meditación y yoga puedes disfrutar de los beneficios y el poder del silencio, y crear una mente clara y enfocada. Sin embargo, el punto aquí es que el silencio puede ser disfrutado fuera de las sesiones de meditación y los beneficios pueden ser disfrutados más frecuentemente y en general.
- Reducir tu constante búsqueda de cosas para ocupar tu mente ocupada. Desacelerar tu mente y dejar de buscar. Darle a tu mente un descanso de las constantes preocupaciones de tu vida, disminuyendo un poco el ritmo en varias oportunidades a lo largo del día.
- Tómate más tiempo. Pero, en lugar de encender el televisor y absorber la programación, tómate de 10 a 20 minutos y siéntate en el patio o en el jardín. O ve a dar un pequeño paseo. ¡Siéntate y mira por la ventana! Simplemente toma un descanso de tanta estimulación a tus sentidos como sea posible, no hagas ninguna tarea, no leas nada, no escuches nada, sólo sé.
- Mientras tomas tu corto período de silencio, sé consciente de silenciar la mente. El estímulo no sólo viene de fuera de uno mismo, sino que también surge dentro de uno mismo.
- De manera similar a la meditación, si sientes que los pensamientos y las angustias se acercan sigilosamente, simplemente empújalos suavemente hacia afuera.
La diferencia con respecto a la meditación es que tienes los ojos abiertos y simplemente estás disfrutando de un tiempo conectada con el poder del silencio, en un momento del día en el que la meditación no es practicable, por ejemplo, mientras los niños juegan en el piso de arriba, en una oficina ocupada durante el almuerzo, o mientras la cena está casi terminada. Ten en cuenta que en una oficina ocupada, por ejemplo, el ruido persistirá, pero el punto es descontinuar tanta estimulación como sea posible.
La sobre estimulación es uno de los principales factores generadores del stress que nos acompaña día tras día.
Si no puedes disfrutar el poder del silencio con la mente vacía, usa tu tiempo para la contemplación. Asegúrate de que esto no implique hacer listas, preocuparte o planificar. Simplemente elije un tema, tal vez un interés, un pasatiempo o una idea filosófica, y considéralo suavemente. Los mismos efectos calmantes y de curación mental del silencio deberían surgir sin ningún problema.
Cuando dormimos, nuestro cerebro procesa y almacena la información recopilada durante el día. Podríamos dar un impulso a nuestros cerebros permitiendo un poco más de tiempo de procesamiento y almacenamiento a través de la contemplación silenciosa entre períodos de sueño.
Así que en resumen, en lugar de dejar el silencio y la limpieza de la mente para las sesiones de meditación, especialmente si te quedas sin tiempo y pierdes tu meditación, toma algunos períodos de silencio, o al menos reduce los estímulos. Por ejemplo, en lugar de cocinar con la radio encendida, concéntrate en la cocina.
Tu cerebro tendrá la oportunidad de calmarse y restablecerse después de un día ocupado y tú disfrutaras mucho más de tu cocina. No siempre se necesita la interferencia extra de la radio para poner más información y sonidos en tu ya abarrotada mente.
Utiliza el poder del silencio, y goza de los muchos beneficios que ésta sencilla actividad trae a tu vida, al permitirte conectarte con tu “Yo Interno”, propiciando de forma consciente la comunicación con tu subconsciente, y alcanzando el equilibrio y la armonía necesarios para terminar el día con una maravillosa sensación de paz.
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