El valor es una cualidad de las cosas, personas o hechos, ya sean positivos o negativos. También es la virtud, la valentía y el coraje de un sujeto en sus acciones, que influye en que sean apreciadas. El valor tiene muchos significados, y todo depende para qué se considere.
Al parecer, la espiritualidad tiene un estigma asociado que indudablemente, ha impedido que en el mundo moderno de hoy, muchas personas lo exploren con mayor profundidad.
Incluso para aquellos que han abrazado algún tipo de práctica espiritual en su vida, pueden encontrarse incapaces de reconciliar su vida moderna, repleta de los últimos teléfonos, computadoras portátiles, ropa y la necesidad de dinero, con esta «imagen» determinada.
El valor con que logramos afrontar nuestros retos es nuestra medida para lograr nuestros objetivos, y el camino espiritual es en sí el más hermoso objetivo.
El valor y nuestro camino espiritual:
El estigma al que me refiero es el concepto de estar completamente desapegado, no confiar en objetos materiales, pertenencias personales y relaciones, como la fuente de nuestra identidad.
Cuando pensamos en algunos de los maestros espirituales que dan forma a lo que hoy consideramos espiritualidad, como Jesús o Buda, vemos buscadores que han renunciado a todas sus pertenencias personales, abandonaron sus hogares y sus familias y sobrevivieron con lo mínimo indispensable, con la esperanza de buscar y difundir la “verdad”, practicando sin apegos el valor de lo espiritual.
Así que, por supuesto, en nuestro mundo moderno, donde es bastante imperativo que uno necesite algún tipo de flujo de dinero para sobrevivir, uno puede dejar de profundizar en cualquier práctica espiritual, por temor a tener que hacer lo mismo, es decir, renunciar a todas tus pertenencias…como por ejemplo: estar bien sin tu teléfono.
Es casi como si uno pensara en sí mismo, «sí, eso de la espiritualidad parece interesante y definitivamente hay algo que nos motiva a ello, pero no voy a oír el llamado, no podría vender todas mis cosas y mudarme a una cueva en la India en algún lugar y meditar para el resto de mi vida o algo así”.
Sin embargo, la buena noticia que quiero compartir con ustedes es… «taran.. taran.. taran…» sonido de tambores, por favor… ¡nadie te pide que renuncies a nada!
El valor de la abundancia en la espiritualidad:
Ya es hora de que volvamos a visitar la antigua enseñanza de no estar apegados a nada, y exploremos cómo podemos extraer el propósito de la enseñanza espiritual, aprender a profundizar en el valor de lo espiritual, y al mismo tiempo casarnos con el hecho de que en el mundo de hoy en día, todo es necesario.
El dinero es un tipo de necesidad, sin mencionar que disfrutamos de nuestra ropa y de nuestras familias, de ir al teatro, de comprar dulces y de publicar en todas las redes con nuestro smartphone… así que, ¿por qué tenemos que renunciar a ello para realizar prácticas espirituales?
Lo importante aquí se centra en que todo lo material es pasajero, todo lo material es reemplazable, y los afectos que nos atan, pueden muy bien compartir con nosotros nuestro interés por explorar el valor de lo espiritual.
De hecho, es en la relación que mantenemos con nuestros seres queridos donde podemos poner en práctica mucho de lo relacionado con el valor de lo espiritual, a través de la comprensión, la compasión y el amor incondicional.
Uno de los principales valores que afloran en nuestro ser cuando despertamos a la espiritualidad, es la necesidad intrínseca del amor propio. La valoración y el amor a nuestra propia persona, y desde allí, el amor a nuestro prójimo, ciertamente son requisitos que cumplen las personas espirituales, y en éste cumplir desde el amor incondicional, logramos la comprensión del desapego a las relaciones.
El arte del valor espiritual:
Recorrer el camino espiritual con tus apegos, es el inicio del camino, por ello nadie te pide que dejes nada. Sólo que en el recorrido tú mismo encontrarás que llevas mucho equipaje, y empezaras a soltar.
El valor nos conduce a interiorizar la certeza de lo imperecedero, nada es constante y, al mismo tiempo todo es eterno.
Te inicias cargado de apego a todas tus pertenencias, emociones, sentimientos, relaciones, y en la medida que caminas y evolucionas, en esa misma medida comienzas a darte cuenta del peso innecesario que llevas contigo.
Nadie te pide que sueltes nada, el valor a lo espiritual te enseña, tú mismo te enseñas, te das cuenta, y tu equipaje comienza a perder peso, tú comienzas a vaciar tu equipaje porque comprendes el verdadero significado de la libertad, porque comprendes lo inmenso de tu capacidad para saciar todas tus necesidades día a día, sin recurrir al ayer, y sin hurgar en el mañana, sólo sabes que tú y tu espiritualidad son suficientes para saciarte a plenitud, y sólo queda en ti un profundo sentimiento de agradecimiento por ser libre al fin!
Te invito a conocer las 10 mejores frases de Buda, un camino hacia la iluminación!