Durante toda la vida, nuestras relaciones han sido una elección, sin embargo, percibimos a los demás como los responsables de nuestras circunstancias. ¿Qué persona ha estado en una relación y no se ha sentido poco valorada en algún momento de la relación? ¿ Y por qué suceden estas cosas? En realidad lo que nos molesta del otro es precisamente lo que renunciamos de nosotros mismos.
¿Hemos Pasado Toda La Vida Equivocados Con Nuestras Relaciones?
Cuando perseguimos a alguien que satisfaga nuestras carencias, pretendiendo que llene el vacío que nos falta, es porque nuestras creencias limitantes se han programado de esa forma; sucede muy a menudo y el inconsciente así lo procesa.
Por tanto, atraemos relaciones que nos hacen sentir esas carencias como una necesidad, reafirmando el “programa” y relacionandonos con personas que no nos valoran, volviéndose todo un ciclo vicioso lleno de apegos y frustraciones.
Estas creencias limitantes son necesidades afectivas que no están resueltas en nosotros y muchas veces somos inconscientes de tenerlas. Ellas aparecen desde muy temprana edad en nuestra infancia y comúnmente en el seno familiar, también en la escuela, con amigos, y se manifiestan a través de heridas, abandono, rechazo, humillación, traición, injusticia, miedo.
Cuando estas carencias afectivas no son resueltas se arrastran durante toda la vida, haciendo responsable al mundo exterior, usurpando nuestra verdadera identidad, causando estragos e ignorando que debemos hacernos cargo de lo que nos pasa.
Proyectamos En El Entorno Nuestra Propia Realidad
Cuando se afirma “conocer” muy bien a un individuo, estamos incorporando una visión de nosotros mismos sobre la imagen del otro y ésta es captada por nuestros sentidos; en realidad lo que hacemos es proyectar sobre ellas nuestra propia realidad.
Todo lo que llega a través de nuestros sentidos lo percibimos como «algo cierto y Verdadero», sin reconocer que muchas veces mal-interpretamos las situaciones y vivimos de acuerdo a una realidad basada en nuestras creencias limitantes, creando muchas veces distorsiones negativas.
Entrar en estado de conciencia sobre aquello que proyectamos en los demás permite descubrir cómo somos en la realidad y ese mecanismo facilita recuperar el control sobre nuestras debilidades internas, hacernos cargo de ello y trabajar estos aspectos “programados”, para luego descodificarlos, transformándolos en algo positivo.
Lo Que Vemos En Los Demás Dice Mucho De Nosotros.
Durante toda la vida, hemos percibido el mundo exterior como un espacio que actúa cual un reflejo en nuestra mente, proyectando las diferentes cualidades o aspectos de nuestro Ser interior.
Cuando atraemos a personas que respetan nuestra esencia, indica que ese aspecto es el que proyectamos, cuando observamos a alguien y sentimos desagrado o rechazo, sin duda alguna ese aspecto existe en nuestro interior inconsciente, y se piensa que esa falta sólo está presente en el mundo exterior.
“No vemos a los demás como son, sino como somos nosotros” (Immanuel Kant)
Estas proyecciones son válidas tanto para las características positivas como las negativas y este mecanismo tiene un papel interesante en el AMOR, ya que atribuimos a nuestra relación, ya sea de pareja o amistad, determinadas características que sólo existen en nuestra personalidad.
La única relación que tenemos que sanar es con nosotros mismos.
Todos somos arquetipos de otros y debemos ver el reflejo del mismo, a esto se le llama espejo de las relaciones. A través de las relaciones descubres el “YO Interior” ya que todo lo que veo en mi entorno es una expresión de mí mismo.
Las relaciones son instrumentos para desarrollarse espiritualmente y la meta concluyente es la unidad de la conciencia pues, somos inevitablemente parte de un mismo universo y al reconocer dicha conexión en nuestra vida cotidiana descubrimos los estados prolongados de conciencia
Cuando reconocemos que podemos vernos en los demás en cada relación, podremos iniciar el proceso de convertirnos en un Yo mismo más pleno
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¿Qué relaciones eliges?
Las relaciones interpersonales no son más que relaciones con nosotros mismos, por tanto para conocerse solo debes “mirar” a las relaciones que tienes a tu alrededor para poder “ver” algo más de lo que antes no veías en ti.
Cuando alguien te atrae, pregúntate qué te atrajo de ella, ¿su gracia?, ¿su inteligencia? o por el contrario, cuando en una relación sientas un rechazo, debes ser consciente de que esa característica también está en ti y aceptar la paradoja de la Coexistencia de los Opuestos.
Descubriendo las nuevas facetas que te identifican ya es un paso a favor de tu crecimiento Espiritual. Una vez que te reconozcas en el otro, las relaciones son mucho más fáciles y puedes establecer una mejor conexión.
«Para cambiar tu vida por fuera debes cambiar tú por dentro. En el momento en que estas dispuesto a cambiar, es asombroso cómo el Universo comienza a ayudarte, y te trae lo que necesitas» (Louis Hay)
Se pueden cambiar las creencias que nos limitan a través de la reflexión, y lo podemos hacer mediante la meditación, la compasión, ayudar al prójimo, la paz mental, nutriendo nuestra conciencia con cualidades que se conectan con la mente y el corazón.
Cuanto más aceptes la Luz y la oscuridad en ti, más clara será tu visión, mas sanas y equilibradas serán tus relaciones porque aceptas el lado oscuro de los demás.
Vernos en el espejo de otros es estar viendo nuestro verdadero SER, para ello debemos ACEPTAR los aspectos positivos y negativos de nosotros mismos. Reconocerlos no significa ser imperfectos pues, somos Esencia, Energía, Inteligencia y AMOR, cualidades todas positivas, por tanto no hay duda sino UNIDAD.
¿Qué proyectamos en una relación?
- Cuesta reconocer la sombra que proyectamos en los demás, quizás sea porque hace falta tener más honestidad y humildad con nosotros mismos.
- Cuando sentimos una emoción negativa en alguien, debemos comprender que no es del otro, sino una emoción nuestra para que cambiemos algo de nosotros. Para ello se debe reflexionar o buscar el recurso que te sea útil para encontrarte a ti mismo.
- Estas creencias y memorias tanto negativas como positivas son la causa que dan lugar a las consecuencias de lo que sucede durante toda la vida que nos toca vivir. Por ello, si no te gusta lo que ves, cambia tu causa y seguidamente verás como la Ley de Correspondencia se activará y dará paso a la alineación de tus planos físico, mental y espiritual.
- Reconocer sin miedos y por supuesto sin culpabilidad hará que la relación se convierta en algo maravilloso que nos da la oportunidad de abrir las puertas de nuestra Libertad, porque hemos de sanar y entrar en un estado de Paz.
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Suele ocurrir a menudo que precisamente las personas con las que tenemos relación son las que mejor que nadie pueden incitarnos a poner en juego todos nuestros recursos. Por frustrantes que sean, tal vez sean justamente las que necesitamos: la persona <<menos adecuada>> suele ser nuestro mejor maestro.” -Elisabeth Kübler-Ross-
Toda la vida hemos percibido las relaciones externas como responsables de nuestras circunstancias, hoy descubrimos que no es así. No olvides que cuando reconozcas el reflejo del espejo en una relación y hemos sanado, lo más probable es que esa relación llegue a su fin, ya que terminó su cometido. Debemos darle gracias por lo aportado y apartarnos para seguir nuestro camino.
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