Mujer, sé que te sientes destruida en tu dignidad . Hay tiempos que estás caminando en círculos en busca de ti misma, y todo indica que ni siquiera tienes idea del lugar donde fue a parar tu amor propio.
Yo sé que tú sufres mucho, sé que te sientes atrapada en esa relación. Creo que no es de hoy que te percibes así, con las emociones completamente encarceladas. Es un hecho que pasas por incontables juicios, lo que más ves, hace tiempo, son dedos apuntados hacia ti.
Mujer, que el dolor del fracaso, no sea la excusa para mantenerte en el piso, cuando tu única y verdadera opción es ponerte de pié.
Mujer, tu cautiverio no es más que la antítesis de tu anhelada libertad
Quiero regalarte a ti en este texto mi empatía, porque sé que de juicios ya estás llena. Querida, sobre las personas que te juzgan como «sin vergüenza» o algo parecido, no las tomes en consideración. No todas las personas pueden comprender la complejidad de la dependencia emocional en las relaciones abusivas.
Sin embargo, cree, en medio de esas personas que te golpean con palabras, existen, de hecho, aquellas que quieren salvarte de ese cautiverio.
Tú necesitas considerar que tu sufrimiento y esa relación que vives afectan y lastiman también a las personas que te quieren bien.
Es un hecho querida, que tu discernimiento está comprometido. En este punto, tu identidad como persona y como mujer, ahora está completamente distorsionada, borrosa.
¿Sabes por qué? Es por el hecho de que, convivir diariamente con alguien que sólo te apunta defectos y fallas, sean ellas reales o no, de tanto oír que no vales nada, que no sirves para nada, que haces todo mal, que eres culpable por todo lo malo que pasa en la relación, que eres fea (aunque seas hermosa) etc, acabaste asumiendo todas esas falsas acusaciones como sentencia irrevocable.
El estrago que un abusador emocional causa en la identidad de una mujer es inmensurable, y, muchas veces, irreversible. Tú estás así, toda lastimada por dentro y, tal vez, por fuera, porque tú sólo te alimentas de ese alimento tan amargo que tu compañero te ofrece.
Tú no eres nada de lo que estás sintiendo, ah, quien me dijera que tú te percibes con la debida lucidez. Si tú percibieras cómo estás perdiendo tu vida, sin duda, te darías cuenta de que muchos hombres dignos desearían tener la oportunidad de estar contigo, y tratarte con dignidad, con amor y con el respeto que te mereces.
Mujer, levántate, abre tus ojos heridos por tanto llanto y percibe la luz de tu grandeza.
Sé que oyes consejos sabios de las personas que te aprecian, pero no puedes acatarlos debido a tu anestesia emocional. En el fondo, tú crees que estás toda perdida y que tienes que conformarte con esa relación que te robó tu alegría.
Querida, estás confinada en ti misma, teniendo como referencia ese repertorio perverso que ese abusador te ofrece. Era lo que él quería y lo consiguió: destruir tu autoconfianza y tu amor propio. Él es un verdugo, no es tu amor. Sólo sabe ponerte abajo. Lo que más teme es que tú, en cualquier momento, descubras una puntita del iceberg de tu propia magnitud.
Me encantaría poder ayudarte. Siento que este texto surte alguna molestia en ti, pero que sea una incomodidad productiva, en el sentido de, al menos, llevarte a buscar ayuda psicoterapéutica.
Sé que no es fácil dejar una relación, sobre todo con un abusivo como el tuyo. Sin embargo, tengo fe. Sé que este texto va a recorrer la Internet y va a alcanzar muchas vidas y, si de entre miles de mujeres, surte efecto en tu vida, ya me daré por satisfecha y profundamente agradecida.
Mujer, sólo quiero que sepas que tú todavía puedes cambiar tu vida, y eso es bueno. Te obsequio mi abrazo y mi empatía.
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